29 agosto 2011
Reseñas: especial Capitán América y Els Barrufets
18 agosto 2011
Un cómic al día: Hellblazer de Peter Milligan y Camuncoli-Bisley (5)
[Anteriormente:
· Reseña del volumen 2
· Reseña del volumen 3]
15 agosto 2011
Destacados de las novedades de Glénat de agosto
Siguiendo el éxito que está teniendo la saga de fantasía Canción de Fuego y Hielo (Juego de tronos, vaya), Glénat se anima a publicar la adaptación al cómic de otra de las novelas de George R.R. Martin, Sueño del Fevre (novela que en España ha editado Gilgamesh), una historia de vampiros en la Nueva Orleans y a las orillas del Mississipi de fin de siglo XIX. Interesante.
Y finalmente una obra del siempre recomendable Warren Ellis: Doktor Sleepless, una obra que nos promete ciencia-ficción, terrores lovecraftianos y debates sobre la naturaleza de la realidad. Precedida de buenas críticas, creo que puede ser la apuesta de agosto.
14 agosto 2011
Algunas lecturas de verano (II)
· Iron Man: Extremis. Warren Ellis y Adi Granov. Panini, 2010. ¿Que tiene de interesante el personaje de Iron Man? Sin la armadura, es un tío cualquiera, un ricachón, un científico, un empresario. Si lo que es interesante es la armadura y su prodigiosa capacidad bélica, el que la lleva no es importante... El personaje de Tony Stark ha tenido que ser deconstruido sistemáticamente para poder encontrar algo en él que nos hiciera empatizar. Sabemos de él que depende de su armadura para vivir (o al menos, lo tuvo que hacer en algunos momentos), y que ha sido un alcohólico contumaz durante mucho tiempo. Pero más allá de esos fallos humanos, Iron Man no es un personaje que (me) llame mucho la atención. Pero Warren Ellis enfoca Extremis con nuevas perspectivas y crea por fin algo más interesante de lo habitual, aunque tenga que cortar con la continuidad de 60 años de personaje. Para Ellis, Stark es un científico de la carrera armamentística que tuvo negocios con los militares y que fue herido en la primera Guerra del Golfo. No puede evitar aborrecer de ese pasado sangrientamente culpable, ("Siempre tendré las manos llenas de sangre", confiesa), pero se debe a lo que es. En Extremis, Iron Man tiene que enfrentarse a una variedad de suero supersoldadesco que ha llevado a un resentido del gobierno a llevar su venganza a las calles de EEUU. Es una visión muy moderna, y muy en la línea del Warren Ellis de Stormwatch o del resto de sus obras que mezclan política con superhéroes, en la que la línea entre buenos y malos no está tan clara como parecía.
· Skyhawk. Jiro Taniguchi. Ponent Mon, 2010. Taniguchi nos ofrece en esta ocasión un western en toda regla, pero con sus condiciones: está protagonizado por dos japoneses, dos descastados que llegan desde Japón al Oeste tras perder en una guerra civil en su país. Su valor y su braveza les hacen ser merecedores pronto de un lugar entre los Sioux Oglagla durante los difíciles años en los que se está construyendo el tren transcontinental y se ha encargado al general Custer que acabe con los molestos indios. Estos por su parte, ven como cada uno de los tratados firmados con el hombre blanco se ha convertido sistemáticamente en papel mojado y que cada vez están más arrinconados y acosados, por lo que decidirán luchar hasta la muerte. Skyhawk no es un western al uso (esto es, los buenos son los vaqueros y los malos son los indios), sino que vemos las dos perspectivas de ese enfrentamiento por la tierra, como en los albums del Teniente Blueberry de Giraud, donde, por cierto, Custer también aparecía retratado como un sanguinario e inmisericorde hombre de guerra (no es casualidad: Taniguchi ha leído a Giraud, e incluso este último firma el prólogo de la obra). El resultado es una obra reivindicativa, violenta (de las más gráficas de Taniguchi) por necesidad, y donde el elemento japonés no chirría sino que se integra sin estridencias en la trama. Taniguchi nunca decepciona.
[En verano aprovechamos para retomar lecturas que no pudimos hacer durante el curso, cómics que no son novedad pero que vale la pena reseñar, o volvemos sobre aquellos que no pudimos comentar con profundidad anteriormente]
09 agosto 2011
Stray Toasters como mindfuck
08 agosto 2011
Reseña: Powers ¿Quién mató a Retro Girl?
07 agosto 2011
Algunas lecturas de verano
Otro de los cómics que he retomado después de, más o menos, once años de haberlo comprado, ha sido El amnios natal (The Birth Caul), cómic de Alan Moore y Eddie Campbell (responsables también de From Hell) que se basa en una performance que dio Moore. Hay que tener en cuenta, por tanto, la naturaleza original del texto: se trata, más que nada, de una divagación poética en la que la tela amniótica que recubre la cabeza con la que algunos niños vienen al mundo es el centro de una reflexión sobre la vida y la muerte, el sentido de la existencia, los recuerdos de la juventud... Se trata de un cómic en el que Campbell ha tenido que hacer un esfuerzo extra para poner en imágenes las abigarradas metáforas de Moore, el discurso inconexo, el agolpamiento de símbolos e imágenes que se van acumulando a lo largo de las páginas. No es una obra fácil, necesita de un lector que ponga todos los sentidos, e incluso diversas lecturas nos harán disfrutar de su valor. Porque, como determinada poesía, es una obra que a veces puede parecer complicada (un poco sí lo es) e incluso deslavazada, pero en realidad está muy bien tejida y Moore conduce al lector, aunque a distancia, por los caminos que él quiere. No es el Alan Moore memorable de sus grandes trabajos en el mainstream, sino un Moore más personal, más en contacto con sus intereses actuales, un Moore que gustará a quien admire a este hombre independientemente de sus obras más conocidas.
Finalmente, he cogido el Dr. Slump volumen 8, como ya he indicado muchas veces, mi obra favorita de Akira Toriyama. En este tomo, destacamos como hitos argumentales el paso de la cuadrilla de Arale de la escuela primaria a la superior, la llegada de los Tsun desde China en su tetera voladora, y el arco largo argumental de las olimpiadas escolares en la Villa del Pingüino. Humor de primera marca Toriyama, lleno de absurdos, de algunos momentos picantes (dentro de la inocencia del autor, claro)... Toriyama sigue en sus mejores años, cuando su trazo sigue siendo amable y curvilíneo, y no tiene la dureza que iría adquiriendo a medida que se adentrara en los 90 y su Dragon Ball... Esta edición Ultimate que publica Planeta incluye las páginas que originalmente estaban en color, además de una sobrecubierta que Toriyama ha realizado para la ocasión en la edición japonesa. Repito: no hay que perderse Dr. Slump.
[En verano aprovechamos para retomar lecturas que no pudimos hacer durante el curso, cómics que no son novedad pero que vale la pena reseñar, o volvemos sobre aquellos que no pudimos comentar con profundidad anteriormente]
06 agosto 2011
Groenlandia-Manhattan, de Chloé Cruchaudet (Norma)
Groenlandia-Manhattan es el relato de esta historia basada en hechos reales, una historia que habla fundamentalmente de la búsqueda de la identidad y de la pérdida de raíces, de las consecuencias brutales del colonialismo europeo. Minik se convierte en un ser desarraigado, puesto que es arrancando de su hábitat habitual y, al morir su familia natural, adquiere los modos y formas de la cultura europea. Pero nunca deja de buscar sus orígenes e intenta volver a su hogar. Cuando lo hace, muchos años después, se siente un extraño en su tierra: sus parientes y conocidos han muerto, y los que quedan no creen sus relatos en el mundo "civilizado". Finalmente, Minik termina por volver a Inglaterra a buscarse la vida como pueda. Una historia dramática y bella, muy bien ilustrada por Chloé Cruchaudet.
05 agosto 2011
El sindrome Hundlebert (VVAA, Ultrarradio)
04 agosto 2011
Unspeakable Vault (of Doom)
03 agosto 2011
Capitán América: Servir y proteger
A finales de los años 90, el título del Capitán América pasaba por horas bajas tras una época mediocre guionizada por Mark Gruenwald, hasta que, poco antes del reseteo que significó Heroes Reborn en Marvel (cuando el Capitán América pasó a las infames manos de Rob Liefield), tomó las riendas de la colección Mark Waid, un autor que supo insuflar nueva vida al título, y que estuvo acompañado a los lápices del fantástico Ron Garney, una etapa que Panini recopiló en dos tomos titulados Operación Renacimiento. Una vez pasado el hiato Liefield, el título se reinició y la tarea volvió a recaer en el susodicho tándem. Ese primer año es el que se recopila en Servir y proteger, la continuación del primer año truncado de Waid al frente del Capitán América. En la obra, Steve Rogers debe enfrentarse a varios enemigos, como el Superskrull o Pesadilla, enemigos que permiten a Waid plantear temas como la globalización mundial (por parte de los valores norteamericanos) y sus efectos colaterales, o la definición de sueño americano -ideal por el que lucha el Capitán América-, la credibilidad de los políticos y la fanatización de las masas. Se trata de una visión más humana y realista que la de los 60, cuando Steve Rogers actúa como un simple icono que ha memorizado sus consignas, pero con todo se aprecia cierto apego a los valores tradicionales norteamericanos, sin llegar -eso sí- a extremos ridículos. Podríamos decir que este Steve Rogers es el último en que brillará la estrella del sueño americano antes del ocaso de éste con el advenimiento del 11-S, y la posterior Civil War de Marvel, y la simbólica muerte del Capitán América.
En el aspecto visual, hemos de destacar el trabajo de Ron Garney y de su entintador Bob Wiacek, cuyo trabajo junto a John Romita Jr. ha dejado en su trazo una huella más que reconocible. A mitad de tomo se nos presenta el sustituo de Garney, un Andy Kubert en horas altas que también trabajó con Wais en la serie regular de Ka-Zar. En resumen, una magnífica etapa que leer de este héroe, aunque no se simpatice mucho con él.
02 agosto 2011
Capitán América: La leyenda viviente
El Capitán América se ha convertido con el tiempo en un icono, un símbolo de la americanidad y del estilo de vida estadounidense. Vinculado su origen a los años 40, con claras intenciones patrióticas, ha llegado intacto hasta nuestros días en la continuidad del universo Marvel. Hace relativamente poco, fue objeto de polémica por su muerte en la saga Civil War -una muerte que, como siempre en el mundo Marvel, tiene que tomarse con reservas-, una muerte con una clara lectura ideológica post 11-S.
Pero antes de todo ello, allá por los años 60, el personaje su segunda época de oro, cuando fue rescatado y lanzado en paralelo junto a todos aquellos personajes que habían creado Stan Lee y Jack Kirby y que empezaban a fundar la Era Marvel de los cómics: Los 4F, Hulk, los Vengadores, Spiderman... Stan Lee, el cerebro de esa fiebre superheroica, había rescatado de los años 40 dos personajes con éxito: la Antorcha Humana y Namor, y se atrevió con un tercero, con el beneplácito de los lectores: el Centinela de la Libertad, el Capitán América. Sus historias, además de aparecer en Los Vengadores, se publicaron en Tales of Suspense, donde aparecía junto a Iron Man, hasta que en el número 100, la colección pasó a ser Capitán América. El personaje había ido creciendo y tomando matices gracias a los guiones de Stan Lee, donde vemos a un héroe diferente, sin poderes especiales, sintiéndose desplazado de su época, y cuyo recuerdo de la IIGM, fundamentalmente de la muerte de su compañero Buckey, le atormenta. El personaje, pues, fue adquiriendo una humanidad que le convertía en un personaje más redondo. En el apartado gráfico, un Jack Kirby en el mejor momento de su carrera se encargó de fijar el aspecto visual del Capitán América con su dibujo potente, elegante y dinámico. Junto a él, terminan de redondear el aspecto visual dos de los entintadores que mejor entendieron los bocetos de Kirby: Chic Stone y Joe Sinnott.
Ideológicamente habría mucha tela que cortar en esta obra: el maniqueísmo de los personajes es memorable ("¡Dejad paso!"-dice uno de los villanos- "¡Soy un nazi, soy superior!"), y la exaltación de los sentimientos patrióticos está a la orden del día. Los personajes están aún lejos del viraje que sufrirían en los años 80, cuando todo ese candor se perdería. Pero lo ideal es olvidar este tipo de cuestiones -o al menos no prestarles mucha atención-, para sumergirse en la aventura desenfrenada que supone tan tamaño volumen: historias trepidantes, con buenos cliffhangers, llenas de fantásticas amenazas y peligros para el Centinela de la Libertad. Panini edita esta etapa del Capitán América: La leyenda viviente (principalmente del año 1964 a 1968) en un colosal volumen de 568 páginas en tapa dura con interesantes artículos complementarios de Raimon Fonseca.