Ya comentamos en su momento,
en esta reseña publicada en Fancueva, que la nueva etapa de
Caballero Luna capitaneada por Warren Ellis tenía todos los ingredientes para ser resultona: un guion sólido de manos de un guionista solvente, aunque algo irregular, y un trabajo gráfico excelente de manos de Greg Smallwood (
Caballero Luna: De entre los muertos). El equipo creativo de esta nueva etapa de Marc Spector estaría en la cabecera durante seis entregas para luego darle el relevo a Brian Wood y Greg Smallwood (#6-12 USA), para que luego continuaran Cullen Bunn, Ron Ackins y Germán Peralta, en una etapa (#13-17 USA) que sería más o menos continuista, pero sin la brillantez de los autores anteriores.
El cuarto tomo de la edición española corresponde a un nuevo reset de la serie americana, concretamente a los cinco primeros números del volumen 8. En esta ocasión, el guionista elegido es Jeff Lemire, que desde sus primeros trabajos como autor completo (
Essex County, publicado en español por Astiberri), ha pasado por las grandes editoriales mainstream, primero en DC (con un contrato en exclusiva) y luego a Marvel, donde ha sido guionista regular de
Patrulla-X y
El viejo Logan. Y no hemos de olvidar también su trabajo en otras editoriales independientes, como su excelente
space opera Descender. Lemire une fuerzas a un reciente conocido del Caballero Luna, Greg Smallwood, que ya había estado recientemente ocupándose de él junto a Brian Wood.
El problema, y la vez la genialidad de un personaje como el Caballero Luna, es que su dilatada carrera como personaje está plagada de golpes de timón que han llevado al personaje dando bandazos. El hecho de que el personaje de Marc Spector se desdoblara en diversos alter egos (el taxista Jake Lockley y el playboy millonario Steven Grant, aparte de, claro, el Caballero Luna, el puño de Khonshu), hizo pensar a varios de sus guionistas en que el personaje pudiera tener algún tipo de transtorno psicológico disociativo. Ellis lo apunta y Jeff Lemire, siguiendo un poco su trabajo, lo remata planteando, no un reboot, pero sí al menos un punto y aparte en la historia del personaje, arrancando su andadura confinado en un psiquiátrico. ¿Recibió Marc Spector poderes de un antiguo dios en una tumba egipcia o es simplemente un desquiciado que lleva toda la vida recluido en un psiquiátrico? A partir de ahí, la distorsión de la realidad hará que tanto Marc como el lector no sepa qué es verdad y qué es ficción.
El arte de Smallwood es de nuevo impresionante. En la línea del David Mazzucchelli más realista, su dominio de la narrativa es sencillamente espectacular. El dibujo no pasa por la tinta habitual, sino que da la impresión de haber sido coloreado (de forma magnífica, por cierto, por el habitual colaborador del dibujante, Jordie Bellaire) a partir de pinceles que emulan al lápiz, ofreciendo así un resultado increíble. No es raro que en 2014 fuera candidato al Premio Eisner a Mejor dibujante revelación.
De esta manera, Lemire y Smallwood sirven una historia en cinco capítulos que bien podría constituir una historia cerrada y aparte, un
what if... o una buena manera de entrar en el personaje, aunque evidentemente la historia se entiende mejor si conocemos el pasado del Caballero Luna. Este equipo, que actualmente sigue en la cabecera y que ha llegado al número 13 USA, ha organizado sus historias en diferentes arcos, del que
Bievenido a Nuevo Egipto es el primero. Visto el buen trabajo de ambos, creo que valdrá la pena seguir su evolución y ver dónde llevan al encapuchado albo de Marvel.
Caballero Luna: Bienvenido a Nuevo Egipto.
Ellis, Smallwood y Bellaire.
Panini, 2017.
Rústica con solapas. 128 pgs. Color. 12€
ISBN: 978-8490947685