En estos relatos, Tsuge traza un relato desesperado de las clases humildes del Japón urbano tras el final de la Segunda Guerra Mundial: “cuando la gente sólo podía dedicarse a vagar por las ciudades, por los callejones, cabizbajos a causa de la pobreza, por culpa de la escasez de comida”, dice el autor en su epílogo.
Y es que Tsuge vivió en primera persona las penurias económicas y el desempleo de los años que siguieron al desmoronamiento del Japón imperial. En estas historias costumbristas (“tuve que aceptar el hecho de que siguieran considerándome un autor sin risas”, comenta el autor) no hay margen para la esperanza o un nuevo amanecer.
Un ecléctico grupo de personas que esperan su turno para donar sangre y así ganar unos yenes; la vida en el “barrio de las cloacas”, donde un artista frustrado flirtea con una banda de medio pelo donde hay un compañero del colegio; un hombre al que, tras años de leal servicio a la empresa, trasladan a una sede fuera de la ciudad… En estas historias el denominador común es el sordo silencio del fracaso existencial de sus protagonistas y el progresivo desapego que sienten por todo lo que les rodea.
La antología de Gallo Nero recoge seis relatos creados en solo tres años de trabajo de Tsuge, pero aún así se puede observar cierto desarrollo en su trazo, desde un estilo más caricaturesco (Melodía sentimental) a un uso muy inteligente de las sombras y los claroscuros (El barrio de las cloacas). La edición se cierra con un epílogo del autor para la edición española muy revelador para saber cómo se crearon estas historias.
Con Melodía sentimental, Gallo Nero sigue una línea valiosísima que recupera los tesoros de este particular género del manga para adultos.
[Reseña también compartida en Papel en Blanco]