03 enero 2010

Lo mejor de 2009

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TdV 90: Cómics para la historia

Ahora que estamos terminando el año, queremos revisar cuáles, a juzgar de este blog, han sido algunos de los mejores cómics publicados este año. En la edición que se edita en el periódico Ultima Hora, y que podéis ver aquí arriba, hemos tenido que limitar este honor a ocho tebeos publicados durante 2009; fuera de esta selección han quedado otros cómics que también han sido lecturas realmente buenas, por lo que en esta versión web hemos incrementado esta lista hasta doce y añadido un addenda de otros destacados. En todo caso, son todos ellos un buen regalo tanto para aficionados como para neófitos. ¡Felices fiestas!

· Breakdowns. Art Spiegelman. Random House Mondadori, 2009. El afamado autor de Maus firmó en sus primeros años diversas publicaciones de vanguardia que buscaban investigar en los límites de la narrativa y del lenguaje del cómic. Breakdowns es una recopilación de ese material, que incluye también páginas nuevas, y que son un desafío tanto para el lector como para el noveno arte.

· Epiléptico. David B. Sins Entido, 2009. Publicado originalmente como La ascensión del gran mal, en esta obra David B. aborda un tema parcialmente autobiográfico: los años de niñez marcados por la epilepsia, la enfermedad de su hermano mayor. Al mismo tiempo que la familia va enfrentándose a la en ese momento desconocida enfermedad, David va conformando su mundo. Una obra maestra tanto a nivel narrativo como estético.

· Ombligo sin fondo. Dash Shaw. Apa Apa, 2009. En su momento, comparé Ombligo sin fondo con el Ulises de Joyce. Y aunque pueda parecer algo exagerado, la novelota gráfica de Dash Shaw (cerca de las 700 páginas en un solo tomo), plantea, como la obra del irlandés, una trama anecdótica bajo un armazón experimental y formal tremendo. En ella somos testigos de la disolución de una familia y de las consecuencias para sus hijos. Otra de las obras que este año han destacado por su experimentalismo.

· Santo Cristo. Alba, Torrecillas y Pablo H. Glénat, 2009. De corte costumbrista, Santo Cristo nos habla de un grupo de amigos que estudian en un colegio de curas de la época postfranquista. La gris monotonía en la que viven los chicos en su escuela, el descubrimiento de las chicas, que estudian en un colegio de monjas, el suicidio de uno de los chicos de la banda... La cercanía de la historia y la empatía con los personajes sin duda son la mejor baza de esta novela gráfica.

·Acme Novelty Library. Chris Ware. Mondadori, 2009. Ware es uno de esos autores contemporáneos que resultan imprescindibles a la hora de hablar del cómic y sus límites. Lo importante aquí no es lo que se cuenta, sino que es una obra de arte de principio a fin: desde la faja que envuelve el cómic, hasta el lomo dibujado, las parodias publicitarias, un mapa astral ¡con tinta fosforescente!, los recortables de juguete... En suma, una obra para leer, releer y admirar.

· Team Medical Dragon 1. Taro Nogizaka y Akira Nagai. Planeta, 2009. Si lo que buscan es una obra directa, que les emocione, que les haga vibrar, que al terminar les deje con hambre de más, ésa es Team Medical Dragon. Ambientada en el mundo hospitalario japonés, seremos testigos de las artimañas de las que son capaces algunos doctores para medrar, y cómo algunos preferirán seguir su moral inquebrantable. Nada que envidiar a Houses o Greys; eso sí, centrada en los avatares de la profesión, y no en las relaciones, libidinosas o no, de los equipos médicos. Lo dicho: vibrante.

· El arte de volar. Antonio Altarriba y Kim. De Ponent, 2009. En El arte de volar, lo que nos ofrece Antonio Altarriba es una retrospectiva de la vida de su padre, en ocasión de su suicidio cuando, ya de anciano, vive en una residencia. El relato, pues, a partir de ese suceso trágico, articulará una historia de fracaso y de frustración, la historia de tantos otros antihéroes anónimos que sufrieron el horror de la guerra fratricida española. Si hablamos de una obra que trata temos como los que comentamos, a mi parecer ésta es superior a Las serpientes ciegas, que este año ha arrasado en los diversos premios relacionados con el cómic (Premio Nacional incluido). En una palabra: inmejorable.

· El samurái que vendió su alma. Taiyou Matsumoto e Issei Eifuku. Glénat, 2009. El samurái que vendió su alma es sin duda un manga atípico, y por esto precisamente está en esta lista, como sorpresa (o casi) de última hora: porque siendo manga, su estilo no se parece para nada al manga al que estamos acostumbrados, y siendo una historia sobre samuráis ronins, etc., apenas hay violencia y sí cierta espiritualidad y hasta yo diría que espírítu zen. Una sorpresa muy grata.

· Carlos Gardel: la voz de Argentina. Muñoz y Sampayo. Planeta, 2009. El tándem Muñoz y Sampayo se mueve como pocos en el género negro y, sobre todo, en su subgénero del jazz. Baste pensar en el esbozo biográfico que ambos hicieron de Billie Holiday. En esta ocasión, el acercamiento es al mito de Carlos Gardel. El resultado: una puente entre biografía y biografía ficticia, un blanco y negro elegante y lleno de matices, y un amor por la música (por el tango) fascinante. A mí, personalmente, esta obra me ha hecho acercar al tango y ha hecho de Gardel una de mis audiciones más repetidas este año. Y esto ya es muy sintomático.


· George Sprott: 1894-1975. Seth. Mondadori, 2009. Este año fue el año del redescubrimiento de Seth en España: se reeditó su conocida La vida es buena si no te rindas (Sins Entido) y Mondadori sacó la genial obra George Sprott. Una vez más, la intención biográfica es sólo una excusa para poner sobre el tapete todos los recursos del cómic y crear así una obra de referencia a la altura del mejor Ware.

· Dr. Slump. Akira Toriyama. Serie regular. Planeta, 2009. Se hizo esperar, pero al final llegó la esperada reedición del clásico de Akira Toriyama. En Dr. Slump, el sensei Tori da rienda a toda su imaginación y consigue formar un microuniverso en la Villa del Pingüino, que es la suma de todo lo que había aprendido hasta la fecha en sus obras menores. Las aventuras de Senbei Norimaki y su robot Arale son una genialidad del humor: humor blanco, humor verde, humor surreal, humor absurdo... En fin, un imprescindible.

· La estación de las flechas. Stento y Truillard. Sins Entido, 2009. Sorprendente la lectura de este cómic, ganador del Premio Internacional Fnac-Sins Entido. Nos introduce en una historia movida por el realismo mágico, o más bien por el absurdo: empezando por una pareja de ancianos que compra una familia de indios en conserva, y a partir de aquí, subiendo. Auténtico prodigio gráfico, y obra que tiene como principal mérito la reivindicación de lo irracional dentro de una historia.

Hemos de recordar, aunque sea brevemente, otros grandes cómics que se editaron en 2009 y no deberían pasar desapercibidos. Por ejemplo, el laureado El gusto del cloro, editado por Diábolo y obra de Bastien Vives; la genial Pluto de Naoki Urasawa, uno de los mejores narradores manga que publican ahora mismo; la recuperación de héroes como el Jonah Hex clásico de DC por parte de Planeta; o la preciosidad de álbum de Dabitch y Flao La línea de fuga, de Norma sobre la huella de Rimbaud. En el apartado de ilustración y de libros ilustrados, me gustaría recordar las maravillosas ediciones de los cuentos de Poe ilustrados por Arthur Clarke en Libros del Zorro Rojo, la recopilación de portadas de videojuegos de la Edad de Oro de Azpiri Spectrum, de Planeta, o la preciosidad de álbum Cabaret de Medusa Thedollmaker.

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