Michel: -¿No me va a torturar? ¿Cómo sabe que no voy a contarle a todo el mundo que viven aquí?Capitán: -Lo leo en tus ojos.Michel: -Me habría gustado mucho que me hiciese jurar sobre una calavera o algo por el estilo.
Capitán: -¿Quieres hacer un auténtico juramento de pirata? De acuerdo.
Michel: -Juro consagrar mi existencia a proteger a los muertos y guardar su memoria. Y si traicionara su secreto, que el Gran Barril de Ron me rompa los huesos.Capitán: -Haz la señal de la cruz.Michel: -No. No puedo hacer eso.Capitán: -Eso daría mayor fuerza a tu juramento.Michel: -Sí, pero yo soy judío, Capitán. La cruz no tiene mucho sentido para mí.Capitán: -Haz la señal de la estrella, en ese caso.Michel: -Nosotros no hacemos eso. Y, además, no creo demasiado en Dios. Porque mis padres han muerto.Capitán: -Eres un poco joven para no creer en nada.Michel: -En fin, quizás exista, Capitán, pero después de lo que me ha hecho, no le debo nada.
Capitán: -Deberías reflexionar mejor sobre todo eso. A veces las desgracias nos abren puertas mágicas.
Una lectura 100% recomendada, con sello de calidad Cisne Negro.