La serie dio inicio con un equipo de autores de auténtico lujo: a los guiones se encontraba Chris Claremont, un antiguo conocido del personaje, y el autor que había llevado a los mutantes a ser el éxito más sonado de la editorial. En la parte gráfico, unía sus esfuerzos a Claremont el reputado John Buscema, el dibujante que marcó el estilo visual de Conan durante décadas. A su lado, el entintador Klaus Janson, artista que ha compartido los lápices con autores como Frank Miller o John Romita Jr, y cuyas tintas siempre tienen un carácter muy personal, que complementa al del dibujante.
Al buscar un nuevo enfoque que diferenciase las aventuras de Lobezno de las de su colección madre, La Patrulla-X, Claremont aprovechó la aparente muerte del grupo de mutantes para darle otro aire a su creación. Los inicios de Lobezno como colección regular tienen una orientación más centrada en la aventura y la intriga. Con un Logan sin el lastre de su grupo de hombres-X, es libre de establecerse en la ficticia ciudad de Madripur, un lugar que, en un rincón desconocido del sureste asiático, constituye una suerte de megalópolis en la que las diferencias sociales son extremas: conviven las chabolas más miserables con los rascacielos más espléndidos. En este ambiente, Claremont teje una historia donde Logan asume una nueva identidad -Parche- y le esto le permite escribir otro tipo de historias, donde los hampones, los clanes de mafias y la corrupción son los enemigos que han sustituido a los supervillanos enfundados en leotardos. De esta forma transcurren los primeros números de la colección, sin que tan siquiera veamos habitualmente al héroe en su ya clásico uniforme de la Patrulla-X. La portada del tomo, que reproduce la del número uno de la serie, ya nos pone sobre aviso. En esta colección, Logan buscará su auténtica identidad, sin las ataduras que suponía su supergrupo. Su historia es todavía aquí un misterio para el lector: no sabemos qué edad tiene a ciencia cierta ni de dónde le provienen sus extraordinarios poderes, que le hacen virtualmente invulnerable. A lo largo de la colección, Lobezno deberá lidiar con su lado animal, el que le hace reaccionar de forma violenta y salvaje como el animal que le da nombre (en el original inglés, wolverine hace referencia a un pequeño mamífero llamado carcayú), pero también tendrá ocasión de demostrar su valía como aventurero -al más puro estilo Indiana Jones- o investigador.
Lobezno: Vida y muerte en Madripur es el tomo que Panini editó en 2011 y que recopila los primeros cinco números de su serie regular, así como la miniserie en diez números que se publicó por primera vez bajo el epígrafe Marvel Comics Presents. Se trata de unas historias que han envejecido muy bien porque, al fin y al cabo, fueron creadas buscando el cómic de aventuras clásico. Su factura tanto en guión como en dibujo y entintando son admirables, y nos dan una visión poco acostumbrada del Lobezno guaperas y héroe de acción que el cine nos ha dejado en los últimos años. Un fragmento de la etapa clásica más reciente de Marvel que vale la pena atesorar.
[Reseña publicada originalmente en Agitadoras]
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