Los aficionados al cómic estamos de suerte porque entre el año pasado La Cúpula está recuperando en soberbios integrales los trabajos de los hermanos Hernández. El año pasado inició la edición de Palomar, del que vimos el primer volumen hace un año.
Recogen estas páginas la primera tanda cronológica de historietas que Beto Hernandez localizó en su Macondo particular (Palomar), localizado al otro lado de la frontera de los Estados Unidos, donde un puñado de mujeres y hombres memorables gozan, penan, desfallecen o resisten según la meteorología, la circunstancia y las vicisitudes. La relevancia de Palomar radica en su capacidad para fusionar la tradición del cómic underground con una narrativa literaria rica y personajes complejos. A través de figuras como Luba, una mujer fuerte y ambigua que ejerce un liderazgo natural en la comunidad, Hernández construye un universo donde las relaciones interpersonales, la identidad cultural y las tensiones sociales adquieren un peso narrativo inusual en el medio. Palomar es historia viva del cómic indie y esta edición es la mejor ocasión de hacerse con esta obra.
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