26 julio 2024

'Melodía sentimental', de Tadao Tsuge (2024)

Tras publicar Mi vida en barco (2019), Gallo Nero recoge en Melodía sentimental una antología de historias cortas de Tadao Tsuge, hermano de Yoshiharu Tsuge y uno de los principales exponentes del manga gekiga. Las historias aquí presentes fueron publicadas originalmente entre 1969 y 1972 y entre ellas hay algunas de las preferidas por el propio autor.

En estos relatos, Tsuge traza un relato desesperado de las clases humildes del Japón urbano tras el final de la Segunda Guerra Mundial: “cuando la gente sólo podía dedicarse a vagar por las ciudades, por los callejones, cabizbajos a causa de la pobreza, por culpa de la escasez de comida”, dice el autor en su epílogo.

Y es que Tsuge vivió en primera persona las penurias económicas y el desempleo de los años que siguieron al desmoronamiento del Japón imperial. En estas historias costumbristas (“tuve que aceptar el hecho de que siguieran considerándome un autor sin risas”, comenta el autor) no hay margen para la esperanza o un nuevo amanecer.

Un ecléctico grupo de personas que esperan su turno para donar sangre y así ganar unos yenes; la vida en el “barrio de las cloacas”, donde un artista frustrado flirtea con una banda de medio pelo donde hay un compañero del colegio; un hombre al que, tras años de leal servicio a la empresa, trasladan a una sede fuera de la ciudad… En estas historias el denominador común es el sordo silencio del fracaso existencial de sus protagonistas y el progresivo desapego que sienten por todo lo que les rodea.

La antología de Gallo Nero recoge seis relatos creados en solo tres años de trabajo de Tsuge, pero aún así se puede observar cierto desarrollo en su trazo, desde un estilo más caricaturesco (Melodía sentimental) a un uso muy inteligente de las sombras y los claroscuros (El barrio de las cloacas). La edición se cierra con un epílogo del autor para la edición española muy revelador para saber cómo se crearon estas historias. 

Con Melodía sentimental, Gallo Nero sigue una línea valiosísima que recupera los tesoros de este particular género del manga para adultos.

[Reseña también compartida en Papel en Blanco]

18 julio 2024

'Cuando veo cables me acuerdo de ti', de Arnau Sanz (Astiberri, 2023)

 Arnau Sanz (Barcelona, 1984), a pesar de tener una trayectoria que arranca en 2013, nos sorprendió en Un fantasma (Astiberri, 2021), donde presentaba una narrativa de ciencia ficción con una estética fría pero muy personal. La combinación creaba un resultado asombroso y original. En Cuando veo cables me acuerdo de ti (Astiberri, 2023), Sanz confirma sus hallazgos en una novela gráfica que no hace sino depurar su voz.

Recogiendo tópicos de la ciencia ficción, Arnau Sanz plantea un mundo donde los robots funcionan de forma autónoma y trabajan como ayudantes de segunda clase. Allí, Sandra es una androide que enseña a otros robots, y convive con una compañera androide que está quedando obsoleta. Justo lo que le ocurre también a su antigua mentora humana.

Lo que pudiera parecer una simple historia tecnofuturista vira pronto a una trama de notable carga social, en la que Sanz expresa su preocupación, sobre todo, por temas como la salud geriátrica, la pérdida, y en consecuencia, el papel de los mayores en la sociedad, la discriminación y la empatía. 

Sandra, la androide protagonista, está inmersa en una sociedad en la que la obsolescencia no perdona. Su mejor amiga, Adriana, es un robot obsoleto al que no le queda mucho. Y ella misma sufre un rápido deterioro, análogo al de su anciana maestra, que padece alzhéimer. Sanz pone en paralelo esos tres procesos de declive para tratar qué hace y cómo trata una sociedad a los elementos de ésta que dejan de ser “útiles” desde el punto de vista pragmático. Y no es nada optimista.

La buena ficción científica siempre es humanista, esto es, en el fondo, lo importante en estas historias no es la tecnología sino su impacto en el ser humano, y Sanz bien lo sabe porque usa la arquitectura del género para construir una historia cuyo peso es profundamente reflexivo. Su trazo, en relación a Un fantasma, aquí se concreta más, pero sigue apostando por las formas geométricas sencillas, con una paleta de colores muy vistosos: la primera impresión puede parecer muy vanguardista, pero ésta se desvanece con las páginas, porque aquí el dibujo está al servicio de la historia y no al revés.

Cuando veo cables me acuerdo de ti muestra a un Arnau Sanz en plena forma y se postula como una de las mejores novelas gráficas publicadas el año pasado.

15 julio 2024

'Kneel', de Víctor Puchalski (Ediciones Inuit, 2024)

En Enter the Kann (Autsaider, 2016), conocimos el trabajo de Víctor Puchalski, un autor cuya estética bebe directamente de fuentes que nos son muy queridas: la épica del manga de autores como Tetsuo Hara o Masami Kurumada. Esas influencias convergen en él para dar a un cómic valiente, sin restricciones, en libertad, que no tiene necesidad de buscar el aplauso del público. Ese afán se confirmaba más tarde en La balada de Jolene Blackcountry (Autosaider, 2017), un cómic que tenía el atrevimiento de meter tintas fotoluminiscentes que dejan ver nuevos dibujos si apagamos la luz con la que leemos. Ahora vemos el fruto del trabajo de los últimos meses del autor en Kneel!!, publicado por Ediciones Iniut.

Kneel, un joven de las zonas degradadas del reino, se dirige al gran coliseo para enfrentarse contra los altos señores del hierro negro por petición de su amada, la No-Emperatriz Kim Tarleen. Su petición, no obstante, es extraña. Porque allí se celebra una salvaje competición en la que quien salga ganador podrá dar muerte a Kim y gobernar en Blastover iniciando una nueva dinastía. La única arma de Kneel es, a su vez, su punto débil: el odio que siente hacia el reino de Blastover y sus leyes. ¿Se abrirá paso Kneel por un camino de sangre hasta la No-Emperatriz?

Puchalski crea en Kneel!! un universo inspirado en aglunas de las obras y autores que más le han marcado: Mad Max, El Puño de la Estrella del Norte, Los Caballeros del Zodíaco, El cuervo… y el resultado es un brutal tour de force de epicidad y estética de la violencia, un homenaje a todos aquellos combates inverosímiles que nos hacían disfrutar tanto, en los que el realismo -como en los partidos de Captain Tsubasa/Campeones- queda atrás para centrarnos en la épica y la velocidad. 

Una de las cosas que me llama la atención de páginas de Kneel!! es la capacidad de Víctor Puchalski de cambiar de registro de una página, e incluso de una viñeta, a otra, sin una aparente intención narrativa, como hacia a menudo James O’Barr, un autor que sin duda el autor conoce (y me atrevería a decir que ama).

Kneel!! es un camino de excesos y no lo digo como defecto, sino al contrario: su barroquismo visual, su glorificación estética de la sangre, el sexo sucio, la ambientación pesimista… todo contribuye a crear un universo personal y atrayente (digna de ambientar toda una saga o cualquier otro producto cultural, como videojuegos o juegos de rol), y hacen de Kneel!! una experiencia de lectura muy gratificante.

14 julio 2024

'Soy un desastre: manual para vidas desordenadas', de Einat Tsarfati (Libros del Zorro Rojo, 2023)

Einat Tsarfati es un desastre. El título nos lo dice a las claras. Porque hay gente como ella, para la que el caos es un compañero de vida. Puede ser una elección voluntaria o puede ser cosa del propio carácter. Yo me siento plenamente identificado con Tsarfati, aunque no sea a su nivel. Yo también soy un caos, y posiblemente en mi vejez el alzheimer venga a visitarme. Para las personas que, como yo o la autora, sientan que la metáfora de la contraportada (una cabeza llena de trastos en completo totum revolutum), este libro es idóneo.

Soy un desastre es un libro difícil de etiquetar: es sobre todo cómic, pero también tiene algo de libro de autoayuda, aunque no del todo, porque no podemos, como luego veremos, tomarnos demasiado en serio las recomendaciones de la autora.

Es, más que nada, un desahogo, un “así soy yo, qué le vamos a hacer”, un intento por empatizar con aquellas personas que no tienen remedio. Insisto: me siento identificado, porque por más que intento poner orden en mi vida, termino en el mismo caos primigenio de siempre. No lo puedo atajar: sólo prevenir mínimamente. Quizá sea un TDAH sin diagnosticar, aunque eso le quitaría glamour a lo de “genio despistado”. Pero volvamos a Soy un desastre. A pesar de ser una oda al carácter inconsistente, la obrá está muy bien estructurada en capítulos claros y concisos: ¿Eres un desastre? Cómo gestionar el desastre. Cómo organizar sin organizarte. Cuándo hay que rendirse… En cada uno de ellos, Tsarfati desgrana verdades, exageraciones y soluciones con humor acerca del desorden. Pero una cosa nos va quedando clara a medida que leemos: la autora no ha escrito esta obra para darnos soluciones reales. Soy un desastre es una palmadita en la espalda diciéndonos “sí, así somos”, una aceptación, con humor, de lo que hay; una meditación de la experiencia abrumadora, inaprensible, que resulta de ser una persona despistada y olvidadiza.

Tsarfati, que ya había publicado antes algunos álbumes infantiles, debuta con esta obra en el mercado para adultos, con un trazo muy definido, que quizá recuerda un poco al de Penélope Bagieu (Valerosas), con una gran expresividad y gusto por el detalle. 

Soy un desastre no te va a dar soluciones, pero quizá te sientas un poco mejor -o más acompañada- en tu caos mental después de leer este cómic. Soy un desastre. Einat Tsarfati. Libros del Zorro Rojo, 2023.

[Reseña publicada también en Papel en Blanco]

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