Spiderwoman 3 |
Dentro de la renovación en la que se encuentra inmerso el universo
Marvel en los últimos años, grandes crossovers aparte, destaca la
importancia progresiva que han conseguido los personajes femeninos y que
han intentado atraer a un nuevo público cada vez más heterogéneo. No ya
los cómics, sino las historias de superhéroes no son sólo coto de
postadolescentes masculinos, parece querer decirnos la editorial de la
Casa de las Ideas, sino que hay historias para todos. Pero esa
afirmación tiene que certificarse con actos, y ahí están títulos que, en
diferentes medidas, lo han logrado: la Hulka de Charles Soule (que antes de ser guionista era abogado, como la protagonista) y Javier Pulido, la Ms. Marvel de G. Willow Wilson, o la Bruja Escarlata
del veterano James Robinson, a pesar de que en esta renovación lo que
de verdad se echa de menos es la autoría femenina, que de verdad podría
suponer una diferencia y un ejemplo de que realmente pueden cambiar las
cosas.
De esta manera, uno de los cómics que destacó en 2016 en este renovación marveliana fue la nueva cabecera de Spiderwoman. En España, el tomo es el tercero en la numeración de los volúmenes 100% Marvel,
pero en realidad recoge lo que sería el inicio de la quinta serie
regular de la cabecera protagonizada por Jessica Drew. Así que, aunque
no lo parezca, el cómic puede leerse absolutamente sin necesidad de los
dos anteriores. En él, encontramos a Spiderwoman haciendo equipo con el
ex periodista Urich y el ex villano Puercoespín trabajando en una
agencia de detectives. Nuestra superheroína está embarazada, y además en
avanzado estado de gestación, lo que la obligará a tomarse las cosas
con cierta tranquilidad (lo que señala el título del tomo), aunque con
el carácter de Jessica Drew eso será difícil. Pero lo cierto es que a
los problemas les da igual si Jessica está encinta o no, y las
situaciones complicadas se sucederán una tras otra.
Dennis Hopeless sabe navegar entre dos aguas:
la de un personaje que le pide otro tipo de narrativa, más costumbrista
e intimista, y la necesidad de seguir una historia de superhéroes
tradicional. Y quizá lo que hubiera marcado la diferencia habría sido
seguir lo primero y dejar lo segundo, que es lo que se ha estado
haciendo en Marvel durante los últimos cuarenta años. Era el momento de
apostar por algo diferente. Y es cierto que el cómic es muy entretenido:
cómo Spiderwoman se libra de los skrull en la clínica ginecológica con
la ayuda de varias alienígenas embarazadas es bastante divertido. O
incluso la parte más humorística, que apela a los lugares comunes y
tópicos del embarazo y el postparto, en los últimos números del tomo,
consigue una lectura bastante agradable. Pero Hopeless podría haber ido
más allá, podría haber hecho de la criatura que va a nacer el principal
protagonista, y un momento como el de Jessica dando a luz se
desaprovecha de una manera importante. También el hecho del misterio
sobre quién es el padre de la criatura es algo raro: en un principio,
parece centrarse en el chismorreo en sí, para luego ser solucionado muy
rápidamente con una confesión de Jessica Drew a Carol Danvers.
Javier Rodríguez (Daredevil)
está fantástico en el dibujo, y el conjunto se salda con buena nota,
pero dado que el tema del embarazo, desde el punto de vista puramente
femenino, ha sido muy poco tratado en Marvel (Bruno Orive nos hace una
pequeña cronología en la introducción del tomo, pero no queda demasiado
claro), esta Spiderwoman podría haber sido un cómic mucho más atractivo si hubiera tenido más voluntad de ruptura,
más inquietud de ponerse del lado feminista. En definitiva: como cómic,
se salda con una buena nota; como cómic diferente, le falta un noséqué
para ser completo.
[Reseña originalmente publicada en Fancueva]
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