A estas alturas del siglo XXI, hacer una introducción a Garth Ennis se me antoja baladí. Este guionista irlandés, que conocimos y amamos en la década de los 90 con la obra que le puso en el objetivo, Predicador, ha resultado ser un autor muy prolífico: tendría una meritoria etapa en Hellblazer, así como en Punisher; triunfó además por partida doble –con la adaptación televisiva de The Boys… Y, si bien consiguió con una parte de su obra más gamberra destacar precisamente por su narrativa cruda y su humor negro, cuando quiso ponerse serio demostró que era capaz de llegar a las profundidades de la naturaleza humana. Es el caso de su etapa más “adulta” en Punisher, o en la serie que nos ocupa, War Stories o Historias de la guerra.
Con Historias de la guerra, Ennis emprendía en 2001 una serie en un tono más sobrio y respetuoso, alejándose de su estilo habitual para ofrecer una visión realista y conmovedora de la guerra. El interés por el género bélico ya le había llevado a la cabecera de Unknown Soldier, pero fue posiblemente el desarrollo de esta serie la que le llevó a desarrollar posteriormente multitud de títulos que tienen la guerra como factor común: La brigada del rifle, Battlefields (también publicada por Aleta)... En esta ocasión, se trata de una serie de relatos autoconclusivos ambientados en la Segunda Guerra Mundial. Ennis se inspira en personajes o sucesos reales para hablar sobre temas como el honor, la amistad, el sacrificio o la moralidad en tiempos de guerra. En cada uno de los episodios, Ennis se rodea de diferentes dibujantes, algunos de ellos muy destacados del panorama del cómic británico, como ahora veremos.
¿Qué nos ofrece este primer integral?
Este primer volumen nos ofrece las cuatro primeras historias de la serie, publicadas en orden cronológico (lo advierto, porque en el integral de Battlefields se prefirió reunir las historias en torno a su temática). La primera historia, ‘El Tiger de Johann’, ilustrado por Chris Weston, cuenta la historia de un comandante alemán que sirve con su tripulación en un tanque Tiger. Viendo el final de la guerra, han desertado y el comandante busca llevar a su tripulación hasta los americanos para que no sean ejecutados por los soviéticos. Pero no así él, ya que en diferentes retrospecciones, sabremos de los crímenes que el comandante ha cometido durante la guerra y de los que es plenamente consciente.
En ‘Los desertores del Día D’, número dibujado por John Higgins, el guionista aborda, a través de la historia de un joven oficial británico, la mala opinión mediática que tuvo que sufrir el frente aliado italiano, sobre el que se pensaba que era poco menos que un destino vacacional para los soldados. La verdad era mucho más dura: la campaña italiana, desde su arranque en Sicilia en 1943 —plenamente un ensayo para el Día D en Normandía un año después— fue terriblemente agotadora y las fuerzas aliadas encontraron un terreno a menudo impracticable sobre el que seguir avanzando.
En ‘Águilas aulladoras’ encontramos a nada menos que Dave Gibbons (Watchmen) dibujando esta historia protagonizada por miembros de la 101ª División Aerotransportada americana (llamada “Screaming Eagles” y que había estado presente en Normandía, Market-Garden y las Ardenas, nada menos). En ella, cuatro soldados estadounidenses son encargados de asegurar una mansión para su general. Aprovechan la oportunidad para disfrutar de un breve respiro del conflicto; de esta manera Ennis plantea preguntas sobre la moralidad y el comportamiento humano en tiempos de guerra.
Y finalmente, en ‘Nightingale’, dibujada por David Lloyd (¡el dibujante de V de Vendetta!), Ennis cuenta una historia verídica en el contexto del PQ-17, un convoy que hacía la ruta del Atlántico Norte-Ártico para reabastecer a los soviéticos que los aliados dejaron a su suerte. El HMS Nightingale está asignado al convoy, y cuando recibe órdenes que resultan en la pérdida de barcos bajo su protección, realiza una última acción heroica. Por lo visto, Ennis considera esta historia como una de sus obras más representativas.
La guerra, el conflicto, la violencia y la parte más depravada del ser humano siempre han sido temas muy centrales en la obra de Ennis. En colaboración de dibujantes con el malogrado Steve Dillon (Predicador, Punisher), ese tratamiento de la violencia fue muchas veces extremo e irónico. Ennis y Dillon fueron dos gamberros que nos divirtieron llevándonos al extremo. Pero yo me quedo con el Ennis serio. El que escribió las mejores páginas de un Castigador crepuscular y en horas bajas, o el que en estas Historias de la guerra es todo menos probelicista. Aquí no se ensalzan las historias militares, esto no es un número añejo de Hazañas bélicas. La guerra es sucia, incoherente y sinsentido. Quienes se ven involucrados en ella pasan por un verdadero infierno. Y quizá el verdadero infierno es psicológico: la lucha por mantener la cordura cuando has visto y cometido todo tipo de atrocidades. Y qué queda del ser humano en estas circunstancias: tanto en lo bueno (el sacrificio, los ideales), como en lo malo. De esto va Historias de la guerra. Editada bajo el sello Vértigo por primera vez, Aleta ha reeditado ahora este primer integral que es excelente para recuperar a ese Garth Ennis más realista y comprometido con la realidad.
[A la venta el 22 de mayo de 2025]