28 enero 2018

Reseñas en UH: 'Magritte', de Zabus y Campi (Norma)


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Reseñas en Ultima Hora: Magritte, esto no es una biografía, de Vincent Zabus y Thomas Campi (Norma), del que tenéis una reseña más extensa aquí. Breves para Big Baby, de Charles Burns (La Cúpula) y Kitaro 6, de Shigeru Mizuki (Astiberri).

26 enero 2018

'Dios ama, el hombre mata', de Chris Claremont y Brent Anderson

Si hay una historia que permanece como una de las más emblemáticas de toda la historia de los mutantes de Marvel, posiblmente sea la novela gráfica Dios ama, el hombre mata, de Chris Claremont y Brent Anderson. 

Chris Claremont llevaba desde 1976 a cargo de la franquicia mutante. Él había sido el artífice de llevar a la Patrulla-X a un nuevo comienzo, con nuevos personajes, que había entusiasmado a los lectores. Claremont había apostado por personajes fuertes, tanto héroes como villanos pero especialmente en cuanto a los femeninos, y una importante presencia de temas sociales de fondo, como el racismo o la marginación por ser diferente. De esta manera, cuando se creó el sello de Marvel Graphic Novels, heredero de Epic, con el que la editorial buscaba narrar historias algo más adultas (algunas de las cuales han sido reseñadas aquí en días anteriores), la tentación de que el padrastro de los mutantes escribiera una historia en esta línea. Pensada inicialmente para que la ilustrata Neal Adams, Dios ama, el hombre mata vio la luz en 1983.

La trama de la novela gráfica narra el enfrentamiento entre la Patrulla-X y un nuevo movimiento anti-mutante, comandado por el fanático William Stryker, un religioso que ve en los mutantes una aberración demoníaca que exterminar. Para ello, hará una interpretación extremista del Antiguo Testamento para que se adapte a sus propósitos. El origen de su obsesión, rayana en la locura: el nacimiento de un hijo deforme expuesto a las radiaciones nucleares, que le lleva a matar a éste y a su esposa). Stryker es retratado como un fundamentalista despiadado, que no hace sino seguir la máxima de Maquiavelo de que el fin justifica los medios. Llevado por su cruzada de origen divino, no importa la cantidad ni identidad de las bajas si ello contribuye a alcanzar su meta. 


Creo que fue Stan Lee que resumía en diversos conceptos lo que representaban para él sus principales cabeceras: Los Cuatro Fantásticos eran la familia, los Vengadores, el grupo de amigos, y la Patrulla-X, el instituto. Claremont había llevado a la Patrulla-X a un nuevo nivel: jugaba con una baraja antigua pero con cartas nuevas, y podía ir más allá del origen de la Patrulla para contar historias más maduras. Aquí lo que importa es el subtexto. Aquí el carácter adulto de la historia viene indicado no sólo por el trasfondo, sino por el hecho, por ejemplo, de que los protagonistas deben enfrentarse a un enemigo que no es un superhéroe disfrazado, sino alguien convencido de que sus ideales son justos y vienen dictados por la voluntad divina. De esta forma, la pátina de realidad confiere a la historia un mérito más. Claremont critica la discriminación a varios niveles. Por una parte, la primera lectura es el fundamentalismo religioso de Stryker, que muy bien conocen en Estados Unidos, y que no es precisamente islamista. Por otra, esa persecución de lo diferente nos habla del maltrato de las minorías, sean de otra raza o de otra inclinación sexual. La Patrulla-X siempre ha ido sobre eso: sobre sentirse diferente y encajar, y qué actitud ante el mundo tomar. Xavier y la Patrulla-X han elegido convivir y luchar por esa convivencia, aunque se conviertan en mártires (¿el auténtico cristianismo? Claremont está ahí enfrentando a dos modelos de salvador: el intolerante Stryker y el pacificador Xavier). Magneto, que en esta ocasión se muestra sabio y cordial, convirtiéndose en aliado pasajero (y resultando así uno de los personajes más redondos de la novela), ha elegido la vía del ojo por ojo (de hecho, creo que en alguna ocasión se ha relacionado a Magneto con un pasado judío).

Brent Anderson proporciona aquí a Claremont un dibujo más realista y complejo, apropiado por el contexto que quiere crear. A Anderson lo veríamos luego junto a Kurt Busiek a los lápices de la aclamada Astro City. Tal vez Busiek, al buscar alguien para su proyecto (que es quizá la mejor síntesis de todo lo que puede representar un cómic de superhéroes), pensara precisamente en esta novela gráfica y todas las capas de significación que arroja. 

Dios ama, el hombre mata sería una obra clave para entender el desarrollo de la franquicia mutante, y que además se utilizaría veinte años después como punto de partida para el guion de X-Men 2 (Bryan Singer, 2003).

22 enero 2018

'Daredevil y Viuda Negra: Matadero', de Jim Starlin y Joe Chiodo


Otra de las obras que se publicaron al amparo del sello de Novelas Gráficas Marvel es este Daredevil/Viuda Negra: Matadero (Daredevil/Black Widow: Abattoir), que data de 1993 y que en su día publicó aquí Fórum. He buscado, pero no he hallado edición posterior. Su inclusión en la línea fuera del Comics Code era que contenía un nivel de violencia gráfica superior al de lo habitual en una serie regular Marvel.

Al igual que en Amor y guerra de Miller y Sienkiewicz, que reseñamos aquí también hace poco, aquí Daredevil es en realidad un secundario de lujo más que un protagonista. Es más, que sea Daredevil o cualquier otro superhéroe, tanto da. Podría haber sido El Castigador, Nick Furia, Caballer Luna... Da igual. Matt Murdock se limita a hacer rechinar los dientes, como podemos ver desde la portada (eran los 90... y hasta Bill Watterson se reía de ello cuando Calvin se convertía en Estupendo Man) y a aparecer al final de la historia para salvar a la Viuda Negra.
Jim Starlin, un nombre que hemos asociado, por pura costumbre, al lado más cósmico de Marvel, con obras tan importantes como La muerte del Capitán Marvel o El Guantelete del Infinito, se marca aquí una historia oscura y urbana, basada en la obsesión y la morbosidad. SHIELD va detrás de un asesino de mentalistas, así que pone un cebo, pero la cosa sale mal y la Viuda Negra es también capturada. La responsabilidad de esas muertes es de Rose, una psíquica que controla mentalmente a sus víctimas para hacerles hacer lo que quiera.

Pero el conjunto no termina de cuajar. Starlin se muestra demasiado determinista cuando se encarga de dejarnos claro por qué Rose se comporta así (por un padre maltratador), y Joe Chiodo, al que normalmente hemos visto ocupado en trabajos de coloreado, debuta aquí -si no recuerdo mal- como artista principal, donde vemos un dibujo con tendencia al cartoon, o incluso al pinup, que parece recrearse en algunas exageraciones fisiológicas, pero sobre todo (y eso no es un vicio exclusivo de Chiodo, sino en general de muchos años de visión machista del género de superhéroes) en regalarnos planos de una Viuda Negra desnuda en una malla que no deja lugar a la imaginación. La paleta que usa Chiodo fluctúa especialmente entre el rojo (Daredevil, el pelo de Natasha, la sangre) y el azul marino/gris (la propia Viuda), lo que da al cómic un tono frío y como de pesadilla irreal.

Matadero parece más enfocado a explotar la vena libertaria de la colección en la que se incluye que en contar una historia interesante y que atrape. El punto de partida es tópico, el desarrollo es pobre, el aprovechamiento de los personajes es nulo y se limita al físico de la Viuda. A partir de ahí, mucha sangre, escenas macabras y chicas enseñando carne es lo que encontraremos. Para cerrar la historia, Daredevil se presenta cuando ya prácticamente no hay nada que hacer, reforzando lo innecesario de su papel, limitado a ser el partenaire masculino obligatorio para Natasha. Una curiosidad bien facturada a nivel visual, pero olvidable en todo lo demás.


20 enero 2018

'Daredevil: Amor y guerra', de Frank Miller y Bill Sienkiewicz

Daredevil: Amor y guerra se publica originalmente en 1986, cuando Frank Miller, después de haber creado su obra magna Batman: The Dark Knight Returns, volvía a Marvel para retomar al personaje que le había llevado a ser un autor de primera fila. Ese mismo año empezaría a editarse el Born Again, revisión del personaje de Daredevil que se convertiría en la etapa más significativa de la cabecera del cuernecitos. El proyecto Amor y guerra en principio iba a publicarse en la serie regular, pero su contenido pronto hizo que pasara al sello Marvel Graphic Novels, donde, al igual que la anteriormente reseñado Elecciones sangrientas (de Tom DeFalco y John Buscema), los autores no estarían constreñidos por el Comics Code. En la misma época, Miller también empezaba a trabajar en lo que sería Elektra Assassin, también junto a Sienkiewicz.

Amor y guerra supone una primera nueva aproximación a Daredevil de carácter tangencial. Realmente no es un cómic en el que Daredevil sea el protagonista. Ese espacio está reservado, más bien, al coro de personajes que normalmente serían secundarios: Kingpin, que tiene a su mujer convaleciente y catatónica desde el final de la continuidad del propio Miller, busca la ayuda de un terapeuta, el doctor Mondat, y para asegurarse de su colaboración, secuestra a la esposa ciega de ésta a través de un sicario paranoide. La obra pretende adentrarse un poco más en la psicología del gran líder mafioso, retratando tanto su poder absoluto como su también absoluta frustración al comprobar que todo ese poder no es capaz de retener a la mujer que ama a su lado. Al mismo tiempo, otro perfil psicológico en el que buceamos es en el del tarado de su sicario, Victor, que acaba por enamorarse de la mujer del doctor Mondat. Víctor vive en una especie de realidad alternativa donde él es un caballero blanco y Cheryl la dama que tiene que conseguir.


Amor y guerra son dos términos íntimamente relacionados. Ambos pueden considerarse contrarios, puesto que el primero es sinónimo de vida y el segundo de muerte. Además, el tópico de militia amoris, el del amor entendido como una guerra, es una alegoría que data, como mínimo de los poetas clásicos como Ovidio. Aquí puede referirse a la lucha interna que lleva a dos masculinidades patológicas a perder a la mujer que aman. En el caso de Kingpin, de una forma más amable. Él creía que lo tenía todo, y que podía dárselo todo a ella, y se equivocaba. Ella no es feliz. El estado catatónico casi podría pasar por un psicodrama por el que Vanessa Fisk está pasando. Aunque, eso sí, Kingpin lo medita, y lo acepta serenamente como personaje redondo que es. Su versión exagerada y al límite, el amor psicótico de Victor por Cheryl, sí termina violentamente, porque lleva su obsesión al territorio de lo enfermizo. Kingpin y Victor son dos caras de la misma moneda. En todo ello, poco puede hacer Daredevil, que es sólo una comparsa en esta ocasión en un drama mayor.

En Amor y guerra encontramos a un Sienkiewicz que ya no es el discípulo afortunado de Neal Adams, como habíamos visto en sus años de ascenso en Caballero Luna. Aquí el acercamiento es totalmente pictórico, y su estilo expresionista, rotundo, con tendencia a lo hiperbólico, que mezcla realidad y ficción, verdad y mentira, prefigura el arte que luego veremos en Elektra Assassin. Es más: no sé hasta qué punto Sienkiewicz colaboró en el guion de Miller, o si este último le influyó en la manera de escribir, pero lo cierto es que muchas de las técnicas narrativas que vemos aquí las volveremos a encontrar en esa obra excepcional de Sienkiewicz en solitario que es Stray Toasters: múltiples narradores en primera persona que dan una impresión, a veces de polifonía, a veces de caos múltiple.

¿Es el mejor Miller? No, es un Frank Miller calentando motores para lo que serán sus mejores aportaciones al personaje de Daredevil: Born Again (junto a Mazzuchelli), El Hombre Sin Miedo (con Romita Jr.) y Elektra Lives Again (en solitario). En cambio, sí que es una gozada ver a Sienkiewicz en todo su esplendor, que luego lo dará todo de sí en las mencionadas Elektra Assassin o Stray Toasters.

18 enero 2018

Destacados de las novedades de Planeta para febrero 2018

De las novedades que presenta Planeta Cómic para el próximo mes de febrero nos quedamos con dos:

Por una parte, un relato ilustrado de Neil Gaiman, de gotiquísimo nombre y aires de homenaje al terror de clásico de Hammers, 70plotations y pulpismo (¡de pulp, no de pulpo!). Y por otra parte, el esperado recopilatorio de Paper Girls de Brian K. Vaughan, una serie que ha obtenido los favores de crítica y público en medio de la vorágine de la nostalgia ochentera:



16 enero 2018

'Lobezno: Elecciones sangrientas', de Tom DeFalco y John Buscema

En 1991, Marvel publicaba en su formato "novela gráfica", usando un término que con el tiempo significaría otra cosa bien distinta, una historia autoconclusiva (o one-shot) titulada Wolverine: Bloody Choices (Lobezno: Elecciones sangrientas). La razón: el contenido era demasiado directo para encajarlo dentro la serie regular, y la colección de Novelas Gráficas Marvel ya estaban entonces fuera de los últimos estertores del Comics Code. En ella, nuestro entrañable Logan está de vacaciones en Hawai (tras su época viviendo de incógnito como "Parche" en Madripur, que es narrada en los primeros números de la serie regular... Aunque eso no tiene por qué saberlo el lector, y aquí no afecta en absoluto), pero no puede evitar seguir el rastro de un niño del que puede oler el miedo. Eso le lleva a destapar una trama criminal y mafiosa que trafica con niños, y cuyo cabecilla es un remedo local de Kingpin, llamado Bullfinch. Cuando Lobezno decide actuar por su cuenta se topa con Nick Furia, que le advierte de que tiene un trato con Bullfinch para protegerlo si le proporciona información sobre el cártel de droga que está persiguiendo SHIELD. Naturalmente, las naturalezas enfrentadas de ambos serán uno de los conflictos principales de la obra.

Desde el título del cómic se nos advierte del principal tema de la obra. Todo dependerá de las elecciones que tomemos. La primera persona que narra la historia, el propio Logan, lo recuerda en varias ocasiones ante la derrota de sus enemigos: todos terminan vendiendo a sus compinches cuando su vida está en peligro. Aquí, el entramado delictivo no permite ninguna esperanza: desde el despreciable capo mafioso, pasando por un letrado sin escrúpulos cuyo único interés es él mismo, hasta el doctor, en el que Logan confiaba, y que también ha tomado su particular elección sangrienta proporcionando niños a Bullfinch. DeFalco pone en contraposición los dos estereotipos. Furia representa el cerebro, la razón, o si se quiere, una ética, una legalidad: ha prometido proteger a Bullfinch y lo hará, aunque no le guste. El propio Bullfinch se lo hace "jurar", porque sabe de las agallas de "los buenos". Además, como personaje de luz (en este caso), prefiere que la justicia se encargue de este deshecho de la sociedad, aunque le repugne. Es el papel que habitualmente recae en personajes como Daredevil. Del otro lado, Lobezno encarna al espíritu primario, al instinto vengativo. Es nuestro lado animal, y el propio personaje es consciente de ello. En su monólogo interior da cuenta de esa lucha constante entre sus instintos, y más de una vez pone sobre la mesa esa cuestión, esas elecciones sangrientas que debe hacer. Esto es: ¿sucumbir al instinto, lo cual tendría cierto tinte determinista, o plantarle cara para hacer de nosotros un ser humano pleno? He ahí el dilema. 

Evidentemente, es un debate moral que tiene doble filo. No sólo sirve para la pelea de turno entre personajes en teoría aliados, sino que ha de salvaguardarse la tesis primaria. El enfrentamiento entre estas dos visiones del mundo es inevitable, y Furia acaba perdiendo, pero era lo que debía hacer. Naturalmente, Logan no lo mata, sólo lo vence, y así al menos el agente de SHIELD ha cumplido con su promesa. A partir de ahí, Logan tiene carta blanca para acabar con Bullfinch. El cual, además, ante su inminente final, usa argumentos como la victimización: lo que necesita es comprensión, tratamiento, que le ayuden. Pero es ya un poco tarde para eso. El final es deliberadamente abierto, pero se intuye fácilmente lo que Lobezno hará con él. En el fondo, se trata un tema sensible: Bullfinch es un "corruptor de menores", es decir, abusa de niños, y ése es un delito que tanto la sociedad como los personajes del cómic no perdonan. Es fácil, en este contexto histórico-social, que la historia apueste por un vengador. Los ochenta terminaban y hasta entonces el peso de la justicia (o de la venganza más bien) había recaído sobre ellos, dada la desconfianza que existía sobre la eficiencia de los cuerpos de seguridad.

Es curioso el paralelismo de algunas secuencias con la primera entrega de Sin City. Ambas obras son editadas en 1991, aunque Sin City serializada, con lo que no podemos asegurar que haya una relación entre ellas. Sí que la obra de DeFalco tiene todo lo que le gusta a Miller, pero puede ser simplemente el espíritu de la época reflejándose en ambos cómics. 

En lo gráfico estamos ante un John Buscema espléndido como siempre, que además no pierde fuerza puesto que él mismo entinta sus lápices. Su paso por la serie regular de Lobezno ya había demostrado que era un dibujante excepcional. Lobezno: Elecciones sangrientas es un cómic que en España editó Fórum en 1992 y que, si no me fallan los datos, no ha sido reeditado en solitario, tan sólo Panini la editó dentro del volumen Lobezno y Nick Furia: Conexión Escorpión. que aún varias historias con ambos protagonistas. Es de agradecer esta reedición, aunque vaya acompañada de otra historia, porque una de las cosas que se necesitaban cambiarse en una nueva edición es la horrible rotulación cursiva en español de Fórum. Ya no estoy acostumbrado a ella (¿era mecánica o manual? La verdad es que no lo sé) y a veces me cuesta bastante entenderla. 

Lobezno: Elecciones sangrientas es un cómic de su época, y así debe leerse. Con sus pros y sus contras, resulta una historia vibrante donde dos grandes personajes enfrentan sus códigos éticos, todo ello bajo el arte del impresionante John Buscema. Un clásico, vaya.

15 enero 2018

Videorreseña: 'Ulna en su torreta', de Izu Toru (ECC)


Aquí tenéis el último video de mi canal, en el que hago una breve reseña (4m.) del cómic Ulna en su torreta, de Izu Toru (ECC), de la que hemos hablado aquí y podéis comprar aquí.

14 enero 2018

Reseñas en UH: 'Encuentros cercanos', de Anabel Colazo (La Cúpula)


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Reseñas en Ultima Hora. Destacado para Encuentros cercanos, de Anabel Colazo (La Cúpula), de la que tenéis una reseña más extensa aquí. Breves para Los cuadernos de Esther. Historias de mis 11 años, de Riad Sattouf (Sapristi), y para la revista Voltio 3 (Varios autores, La Cúpula), recopilación de cómic "de vanguardia" que cierra en este número.

09 enero 2018

Destacados de las novedades de ECC para febrero de 2018

De la ingente cantidad que programa ECC para el próximo mes de febrero, nos quedamos con estos tres volúmenes: uno de Aquaman en el que la pareja creativa brilla por sí sola, Peter David y Esteban Maroto, la novela gráfica sobre nuestro semidiós Nick Cave y lo nuevo (¡por fin!) de Dave McKean.




08 enero 2018

Novedades de Astiberri para enero de 2018

Las tres novedades que Astiberri anuncia para este mes son bastante interesante. Por una parte, dos continuaciones de cómics que se iniciaron en castellano el año pasado y vale la pena seguirlos, Sex Criminals y la genial Bitch Planet, y un reedición de un cuento infantil de Neil Gaiman junto a su compinche habitual Dave McKean, El día que cambié a mi papá por dos peces de colores.



05 enero 2018

Destacados de las novedades de DeBolsillo para enero de 2018

Para el primer trimestre de 2018, DeBolsillo anuncia una sola novedad, que es este volumen que usa el cómic como forma de aproximación a la Filosofía.

01 enero 2018

Lo mejor de 2017





Una vez terminado el año, nuestra selección de lo mejor del año es la que a continuación comparto con vosotros. Está hecha a partir de la lectura de 175 cómics aproximadamente, y que contempla todo tipo de géneros y denominaciones de origen, sin intentar hacer cuotas de cómic español, cómic hecho por mujeres o cualquier otra.

La lista completa es ésta:
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El post recopilatorio lo encontraréis aquí.
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