25 mayo 2007

Flashes

· No llores, de Lance Hansen (Diábolo). La editorial madrileña nos trae la publicación de Don´t Cry, del desconocido en estas lares Lance Hansen, una pequeña colección de anécdotas infantiles, recuerdos de niñez que, por su universalidad, nos resultan cercanos y empáticos. La obra está estructurada en pequeños relatos de una página o dos, que más que contar una historia, parecen retazos, apuntes, recuerdos aislados de la infancia (como todos los que tenemos), en las que los detalles insignificantes -al menos desde la perspectiva adulta- son los que cobran importancia. El descubrimiento de la sexualidad, las películas de terror, las pesadillas, el primer amor son algunas de las anécdotas que el autor trata con un particular cariño y un dibujo muy acorde con la historia. Para descubrir.

· Di algo, de Flix (Bang). Di algo es la historia de una pareja. De como se conocen, se gustan, se unen y se separan. Y de todo el proceso traumático que (casi) siempre resulta de esa separación. Y nada más. Lo que otro podría haber contado en 5 páginas, Flix lo cuenta en 128. Esta anécdota de horas de bar con un amigo que te cuenta su vida amorosa tiene, no obstante, algunos aciertos: el estilo de dibujo de Flix, el hallazgo de alguna metáfora interesante, pero poco más. Quizá no me ha llegado porque esperaba otra cosa de esta obra.

· Klezmer 1: la conquista del Oeste, de Joann Sfar (Norma). Imparable sigue ese monstruo de Sfar con su multitud de series en marcha y sus proyectos de cine (Vampir y El gato del rabino). Norma ha editado hace poco en su colección Nómadas Klezmer, otra de las obras en que Sfar rinde homenaje a sus raíces hebreas contando la historia de unos músicos judíos ambulantes. El trazo de Sfar, más sencillo que nunca (y no acabo de ver que eso sea una virtud, al menos en esta ocasión), se ve reforzado por un color de acuarela lleno de contrastes y colores cálidos. Sfar sigue divagando sobre la vida y la muerte, la amistad y el amor, la sabiduría y la religión, sólo que desde la boca de otros personajes. Edición fantástica de Norma, con tapa dura. Muy recomendable leer esta obra con música klezmer de fondo.

· La maldición del paraguas, de Lewis Trondheim (Sins Entido). El tono autobiográfico de Mis circunstancias sigue en este La maldición del paraguas, en el que Trondheim cambia de formato para ofrecernos una serie de anécdotas, en este caso en color y con un ritmo más pausado, con viñetas sin caja, que dan un aire más suelto al cómic. El contenido, el de siempre: la asombrosa expresividad de Trondheim con sus personajes y la capacidad de entresacar buenas historias de trivialidades que a todos nos pueden ocurrir. El autor sigue autorretratándose sin piedad (maniático, hipocondríaco, algo friki), aunque se advierte del anterior tomo a éste una madurez, en todos los aspectos, mucho mayor. Los fans de Trondheim no pueden perderse esta obra.
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