La tercera edición del Còmic Nostrum arrancó un tanto accidentadamente por cuestiones de gestión. Presupuestos que vuelan, ayudas prometidas que luego se retiran... No obstante, y pese a todo, todavía quedan poderes públicos capaces de interesarse por la cultura, y en concreto por el cómic, un arte que, precisamente en las Islas goza de una envidiable salud, tanto de autores (y aquí debo recordar que dos de los tres dibujantes premios nacionales de cómic viven en las Islas), como de público interesado. Pero aún se puede mejorar mucho más. Lo que necesitamos en estas tierras son buenos políticos gestores de cultura, que apuesten por las expresiones autóctonas y el interés del público. Por lo demás, esta edición del Còmic Nostrum ha vuelto a brillar por la variedad de sus contenidos y por la cantidad de visitantes que ha movilizado. En un día como el sábado, en el que el día no acompañó precisamente, los lectores se agolparon en el patio de La Misericòrdia, disfrutaron de los cuentacuentos, del trenecito a escala que montaron los aficionados para deleite de los más pequeños, y de las clásicas paradetes de particulares... Una auténtica fiesta del cómic, la que nos merecemos.
Artículo de opinión para Ultima Hora - Cultura.
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