
El argumento en sí -obra de Greg Pak- no es excesivamente original; bebe de influencias muy claras como Gladiator, Spartacus o Flash Gordon, pero sabe construir una historia épica en la que el protagonismo es el del viaje iniciático del héroe: desde su caída, al progresivo restablecimiento de su honor, hasta la culminación de su titánica tarea. Una estructura clásica a la que no faltaría ni uno de los elementos que Vladimir Propp enunció en su Morfología del cuento.
El final es algo agridulce para un personaje como Hulk, por su particular problemática. Él representa la soledad de la diferencia, el pulso de la dualidad entre hombre y monstruo, la incomprensión de lo diferente. Y parece que el destino de Hulk, ya sea en esta historia, en su trayectoria general o en futuros alternativos, es permanecer solo... Durante toda la historia se hace hincapié en ello: los nativos quieren saber si él es el salvador anunciado por las profecías o el destructor de mundos. Es probable que, en el fondo, sea ambas cosas.
Planeta Hulk es una saga épica, entretenida, realizada con profesionalidad y que abarcó 15 meses de edición en su cabecera original. Al funcional guión de Pak se le suma el buen acompañamiento gráfico de Pagulayan; y hay que hacer especial mención a las fantásticas portadas de José Ladronn, en su estilo de fusión Giraud-Kirby. Una buena lectura para los fans del Increíble Hulk.
No hay comentarios:
Publicar un comentario