Alejandro Jodorowsky es un autor controvertido, que ha pasado por multitud de campos artísticos, desde el cine de culto (Santa Sangre, The Holy Mountain, etc.), al cómic (son conocidas sus obras El Incal, junto a Moebius, o La casta de los Metabarones, con dibujos de Juan Giménez), y ya en otro terreno, la televisión y la literatura, y su teoría de la psicomagia. Un hombre sin duda interesante y que ha demostrado a lo largo de su carrera un gran interés por contar historias con un trasfondo filosófico. Una de esas historias, que entran de lleno en la ciencia ficción, es la que ha sido hace poco reeditada por Random-House Mondadori, en un tomo que reúne los tres volúmenes de Megalex.
Megalex nos propone un futuro distópico y ultratecnológico en el que el planeta Giradiós ha sido convertido en una inmensa masa metálica llamada Megalex. En ella, las leyes que rigen ordenan la adicción obligatoria a una sustancia llamada SPV, la prohibición de todo tipo de trabajo y la reproducción biológica. Los seres humanos existentes son creados por una matriz biomecánica y tienen un control de vida que sólo les permite vivir 40 años. Paralelamente a esto, no todo el planeta ha sido arrasado por las máquinas. Quedan dos vestigios de vida, el bosque y el mar, que aún restan indómitos. Desde ahí se encabeza la resistencia para derrocar Megalex.
Jodorowsy, por tanto, juega con este escenario postapocalíptico en el que encuadrar la lucha entre tecnología y naturaleza, libertad contra opresión, rareza contra uniformidad. A pesar de que el punto de partida no es necesariamente muy novedoso, el discurso de Jodorowsky insiste sobre todo en la naturaleza destructora del hombre y de su virtual salvación. La historia de engancha y el dibujo de Beltran (éste último con un color y unos fondos realizados con las últimas tecnologías informáticas en los dos primeros tomos, y cuyo resultado es un dibujo hiperrealista, erótica y violentamente sugerente a la vez) se adapta espectacularmente a la trama. En definitiva, Megalex es un clásico contemporáneo del género y su reedición integral se antoja muy conveniente y oportuna.
2 comentarios:
Jolin, lo pintas increible!! tendré que echarle el guante a la que pueda.
Saludos.
Redios, que la pasta no llega para tanto!
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