TdV100: En el nombre del hijo
· El hijo. Mario Torrecillas y Tyto Alba. Glénat, 2010. En el momento de la salida de El hijo (Mario Torrecillas y Tyto Alba) se nos pasó hablar de esta obra. Pero la recuperamos esta semana aprovechando que sus autores estuvieron el pasado viernes 19 de marzo presentándola en Sa Nostra de Palma. El hijo es una de tantas historias que podríamos contar de la guerra civil española: Matías es un boxeador que malvive en tiempos de la posguerra. Cuando averigua que su madre acabó en un manicomio en los Pirineos, decide ir en su búsqueda, pero al llegar se encuentra con que ella y otros enfermos han escapado matando a algunos lugareños. Matías decide ir en su busca pese a que los vecinos están ávidos de venganza. Los autores de El hijo, a los que ya habíamos leído en la historia costumbrista del postfranquismo Santo Cristo, cambian aquí de registro y nos ofrecen una historia mucho más sombría, dibujada en un estilo muy sencillo, casi naïf, que recuerda a la nueva ola de autores franceses (pienso en un Cristophe Blain o un Joann Sfar, por ejemplo), pero que no tiene nada de inocente. Los autores no sólo retratan una época sino que también nos hablan de las condiciones infrahumanas con tratados los enfermos mentales. Pero también hablan de las relaciones entre madre e hijo y algo que no suele tocarse: la locura, ese extrañamiento tan doloroso de los seres queridos. El hijo es, en fin, una de esas historias que no tienen nada que envidiar a las que el cine o la literatura actual nos ofrecen. Una lectura recomendable.
· Pinocho blues. Carlos Bribián. Glénat, 2010. Hace unas semanas nos hacíamos eco de una versión del inmortal cuento de Carlo Collodi de la mano de Winshluss, llamada Pinocchio. En esta ocasión la réplica es del joven autor Carlos Bribián (Soria, 1982), que acaba de publicar en Glénat su Pinocho blues. En manos de Bribián, la historia del niño de madera se puede convertir en una alegoría del despertar al mundo adulto con todo lo que ello conlleva: la pérdida de la inocencia, el descubrimiento de la sexualidad, de la maldad intrínseca del ser humano, de una sociedad que se deja dirigir por el miedo... Bribián puede con esta fábula tocar muchos temas que son de rabiosa actualidad aun cuando no dejan de tener sentido dentro de la propia narración. Su estilo es cercano al manga, pero va dando inexplicables bandazos entre una línea más clara y otra más rota y sucia. Quizá las diferencias entre unas páginas y otras se expliquen en que es un proyecto a largo plazo del autor. Si tenemos que ponerle un pero a esta obra es que en alguna ocasión el autor abusa de la repetición del mismo dibujo en viñetas consecutivas. En todo caso, una lectura fresca de un autor del que seguramente seguiremos oír hablar.
Breves
· Migrador nocturno. Salvador Sanz. La Cúpula, 2010. Lucio y Lucía acuden a un espectáculo de magia de un siniestro prestidigitador. A partir de ahí sufren una extraña maldición que les transmuta en pájaros. Pero eso no es más que el comienzo de una extraña invasión desde otro plano... El argentino Salvador Sanz escribe y dibuja Migrador nocturno (originalmente Nocturno, pero que seguramente tuvo que cambiar de nombre por la obra de Tony Sandoval que la misma editorial ha publicado este año), una historia de intriga, ciencia-ficción, conspiranoia, e influida por el manga u obras como Matrix.
· Quien está de aniversario es Norma Mallorca, con Joan Miquel Morey al frente. Joan Miquel es uno de esos culos inquietos que no está tranquilo si no maquina alguna nueva actividad relacionada con el cómic en nuestra isla. Este año se cumplen 15 años de la apertura de Norma y por ende de las actividades que se han ido desarrollando desde entonces. ¡Felicidades y a por quince años más, por lo menos, de activismo tebeíl!
· Y con esta edición de Tebeo de verdad ha sobrepasado ya las cien entregas de esta sección, cien entregas en las que hemos analizado un montón de tebeos de diversos estilos y nacionalidades, siempre con el intento de dar a conocer el noveno arte y para invitar al lector a conocer nuevas formas de expresión. Si tú, lector, has sentido interés por algún título y has ido a leerlo, nuestra tarea habrá valido la pena.
· El hijo. Mario Torrecillas y Tyto Alba. Glénat, 2010. En el momento de la salida de El hijo (Mario Torrecillas y Tyto Alba) se nos pasó hablar de esta obra. Pero la recuperamos esta semana aprovechando que sus autores estuvieron el pasado viernes 19 de marzo presentándola en Sa Nostra de Palma. El hijo es una de tantas historias que podríamos contar de la guerra civil española: Matías es un boxeador que malvive en tiempos de la posguerra. Cuando averigua que su madre acabó en un manicomio en los Pirineos, decide ir en su búsqueda, pero al llegar se encuentra con que ella y otros enfermos han escapado matando a algunos lugareños. Matías decide ir en su busca pese a que los vecinos están ávidos de venganza. Los autores de El hijo, a los que ya habíamos leído en la historia costumbrista del postfranquismo Santo Cristo, cambian aquí de registro y nos ofrecen una historia mucho más sombría, dibujada en un estilo muy sencillo, casi naïf, que recuerda a la nueva ola de autores franceses (pienso en un Cristophe Blain o un Joann Sfar, por ejemplo), pero que no tiene nada de inocente. Los autores no sólo retratan una época sino que también nos hablan de las condiciones infrahumanas con tratados los enfermos mentales. Pero también hablan de las relaciones entre madre e hijo y algo que no suele tocarse: la locura, ese extrañamiento tan doloroso de los seres queridos. El hijo es, en fin, una de esas historias que no tienen nada que envidiar a las que el cine o la literatura actual nos ofrecen. Una lectura recomendable.
· Pinocho blues. Carlos Bribián. Glénat, 2010. Hace unas semanas nos hacíamos eco de una versión del inmortal cuento de Carlo Collodi de la mano de Winshluss, llamada Pinocchio. En esta ocasión la réplica es del joven autor Carlos Bribián (Soria, 1982), que acaba de publicar en Glénat su Pinocho blues. En manos de Bribián, la historia del niño de madera se puede convertir en una alegoría del despertar al mundo adulto con todo lo que ello conlleva: la pérdida de la inocencia, el descubrimiento de la sexualidad, de la maldad intrínseca del ser humano, de una sociedad que se deja dirigir por el miedo... Bribián puede con esta fábula tocar muchos temas que son de rabiosa actualidad aun cuando no dejan de tener sentido dentro de la propia narración. Su estilo es cercano al manga, pero va dando inexplicables bandazos entre una línea más clara y otra más rota y sucia. Quizá las diferencias entre unas páginas y otras se expliquen en que es un proyecto a largo plazo del autor. Si tenemos que ponerle un pero a esta obra es que en alguna ocasión el autor abusa de la repetición del mismo dibujo en viñetas consecutivas. En todo caso, una lectura fresca de un autor del que seguramente seguiremos oír hablar.
Breves
· Migrador nocturno. Salvador Sanz. La Cúpula, 2010. Lucio y Lucía acuden a un espectáculo de magia de un siniestro prestidigitador. A partir de ahí sufren una extraña maldición que les transmuta en pájaros. Pero eso no es más que el comienzo de una extraña invasión desde otro plano... El argentino Salvador Sanz escribe y dibuja Migrador nocturno (originalmente Nocturno, pero que seguramente tuvo que cambiar de nombre por la obra de Tony Sandoval que la misma editorial ha publicado este año), una historia de intriga, ciencia-ficción, conspiranoia, e influida por el manga u obras como Matrix.
· Quien está de aniversario es Norma Mallorca, con Joan Miquel Morey al frente. Joan Miquel es uno de esos culos inquietos que no está tranquilo si no maquina alguna nueva actividad relacionada con el cómic en nuestra isla. Este año se cumplen 15 años de la apertura de Norma y por ende de las actividades que se han ido desarrollando desde entonces. ¡Felicidades y a por quince años más, por lo menos, de activismo tebeíl!
· Y con esta edición de Tebeo de verdad ha sobrepasado ya las cien entregas de esta sección, cien entregas en las que hemos analizado un montón de tebeos de diversos estilos y nacionalidades, siempre con el intento de dar a conocer el noveno arte y para invitar al lector a conocer nuevas formas de expresión. Si tú, lector, has sentido interés por algún título y has ido a leerlo, nuestra tarea habrá valido la pena.
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