TdV 66: Saló de Barcelona, ¿crisis? ¿qué crisis?

ESPECIAL CRÓNICA FICÒMIC (SALÓN DE BARCELONA - MAYO 09)

El pasado fin de semana llegaba a Montjuïc el evento más importante del cómic en nuestro país: abría el 27 Saló Internacional del Còmic de Barcelona, con el fantasma de la crisis planeando por detrás y por la elección de unas fechas inciertas (del viernes 29 al lunes 1, que en la Ciudad Condal era festivo) que quizá no serían del todo adecuadas. Las dudas se disiparon a las diez de ese viernes, cuando el Salón abrió sus puertas a los aficionados, y en seguida se comprobó que eso de la crisis es hasta cierto punto: una vez más, el lleno absoluto fue la tónica habitual de esos días de tebeos en Barcelona.

Para los visitantes, el fin de semana se presentaba muy atractivo. Las diversas exposiciones brillaban por su interés: el original y futurista montaje de Pasqual Ferry, la de dibujos de Paco Roca (Arrugas), de Roger Ibáñez (Jazz Maynard), Carlos Areces (El jueves, integrante de Muchachada Nui), Purita Campos (autora de Esther, que estuvo el año pasado en Palma), Victoria Francés y su nuevo trabajo Misty Circus, la historieta en Galicia, y una soberbia muestra de la obra del divino Alex Raymond y su Flash Gordon. Sólo por eso ya valía la pena visitar el evento.

Pero el Salón es mucho más: la nómina de autores que estuvieron firmando esos días en los diferentes estands era impresionante, y todos los lectores tenían a su autor favorito en sus respectivos estilos. Entre ellos, estaban David B. (Epiléptico), Gipi (Mi vida mal dibujada), Jim Lee (X-Men), Scott McCloud (Entender los cómics), Tomeu Seguí, Cels Piñol, Jorge González (Fueye), Luis Royo... y así un larguísimo etcétera. A destacar las interminables colas que suscitó la presencia de dibujantes como Mike Mignola, el creador de Hellboy, y Victoria Francés, la aclamada artista valenciana de Favole.

El cómic balear de nuevo tuvo protagonismo en esta edición del Saló. El estand del IEB y los editores isleños Dolmen e Inrevés acogió la firma de autores como Quim Bou, Josep Busquet, Guillem Dolç, Enrique Vegas, etc. La producción balear también tuvo su recompensa al recibir la obra Las serpientes ciegas, dibujada por el mallorquín Tomeu Seguí, el premio a la Mejor Obra y al Mejor Guión de esta edición del Salón. Por otra parte, los autores baleares del exitoso El joven Lovecraft también presentaron el segundo volumen de su obra, que se había hecho de rogar dos años.

Definitivamente la tan cacareada crisis no ha mellado la actividad del Saló, que rebosaba vitalidad, con los habituales aficionados disfrazados de sus héroes favoritos, el valeroso ímpetu de la sección de estands de fanzines, o el despliegue dedicado a videojuegos, talleres o charlas. Como siempre, el Saló es la cita ineludible del mundo tebeil. Como dicen, los cómics también son para el verano.
FOTOS: Jaume Martí