· Caballeros dragones, de Ange y Dohé. Glénat, 2008. Poco es el cómic oriental que conocemos aparte del manga japonés: tímidos intentos se hicieron -con poca fortuna- hace más de una década intentando publicar cómics de artes marciales chinos. Ahora, aprovechando que los vientos del este son favorables a las editoriales, el panorama va incorporando cada vez más títulos de países orientales. En este caso, estamos ante un álbum que presenta una colaboración entre un guionista francés, Ange, y un dibujante coreano, Dohé, y que nos propone una historia de fantasía heróica: Para detener la epidemia, los sacerdotes han ordenado purificar a la gente en gigantescas hogueras. ¿Pero se trata realmente de una epidemia? Veremos cómo una joven debe luchar, primero contra la superstición y la ignorancia de su pueblo, y luego asumiendo el legado heroico de su familia para enfrentarse con un terrible dragón. Aunque sencilla, la trama de Ange es eficaz y está bien narrada (muy interesante es la idea que plantea de que los dragones ejercen una influencia maligna, llamada el Velo, a su alrededor), pero si algo destaca de este trabajo experimental es el dibujo preciosista de Dohé: sus cambios de tonalidad en las páginas, su capacidad de evocación de un mundo fantástico consistente y realista (en la línea europeizante de Record of Lodoss War: La dama de Faris de Akihiro Yamada) son el pilar maestro de esta obra, que agradará a los aficionados al género y a los jugadores de rol. Glénat edita en gran formato (Colección Delicatessen) esta exquisitez para los ojos.
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