16 julio 2018

Algunas lecturas de verano (III)


Retomo esta cabecera para hablar mínimamente, casi como cronista, o de testimonio para mí mismo, de algunos cómics (casi todo mangas) que he ido leyendo recientemente pero no me han convencido suficiente para hacer reseñas más amplias.

· Kuro 1, de Somato (Milky Way). En la mayor parte de estas lecturas, lo que ha fallado es que, sea por el motivo que sea (falta de identificación, indiferencia ante el destino de los personajes...). no me han llegado. Quizá se trate de una diferencia generacional, pero cuando una obra es buena, puede apelar a ti aunque no seas parte de su público concreto. En el caso de Kuro, el manga nos presenta a una niña que vive sola en una enorme mansión junto a un gato negro. Un día a día supuestamente divertido en el que subyace algo inquietante... ¿El qué? Francamente, no me interesa. Sí, el gato es muy mono y no es del todo normal, lo intuimos, pero qué mas da. Kuro es un manga creepy cute que en el fondo está dedicado a los gatos. Si eres fan de mangas de gatos como El dulce hogar de Chi o El gato de mi abuela, ésta es una buena opción.  

· Made in Abyss 1, de Akihito Tsukushi (Ivrea). Al parecer este manga ha tenido un gran éxito en Japón: empezó como webcómic y ha sido serializado, lleva ya seis tomos en papel y tiene serie de ánime. La protagonista es Riko, una niña que quedó huérfana cuando su madre desapareció en las profundidades del Abismo, una gran perforación gigantesca e inexplorada por los peligros que hay en su interior. La aventura empieza cuando se encuentra con Reg, un niño-robot con amnesia. Junto a él, descubren una carta con el mensaje: “Te estaré esperando en el fondo del abismo”. Es interesante la combinación que hace el autor, a la sazón debutante con esta obra, de un estilo muy kawai para los personajes y unos fondos muy realistas y trabajados, y algunas escenas de una violencia muy explícita. Sin duda, el mejor acierto de la historia es su trabajo de ambientación. Veremos si la trama está a la altura en los siguientes tomos.

· Beastars 1, de Paru Itagaki (Milky Way). Otra obra que en su país de origen ha sido muy bien recibida. En ella nos encontramos una mezcla (¿causante de su éxito?) entre manga de instituto e historia de intriga (whodunit), con un elemento combinatorio más: el de los personajes como animales antropomórficos (al estilo de Blacksad). Si le quitamos este elemento vistoso para configurar a los personajes (y así remarcar temas como el de los prejuicios o la xenofobia: el protagonista, por ejemplo, es un lobo, aunque algo soñador y poco bruto), ¿qué queda? Queda la historia de siempre, con los mismos tópicos de siempre: matones de instituto, los típicos clubs extraescolares japonenes, chico se enamora de chica... Si añadimos a esto que, pese a que el dibujo hace un esfuerzo por ser original y no se parece a ningún otro mangaka que recuerde, el resultado gráfico no es muy allá... Pues otra de las series de las que me apeo.

· Tragones y mazmorras 5, de Ryoko Kui (Milky Way). De este manga ya hablé en su momento muy a favor por la felicísima idea que suponía la de yuxtaponer una trama de fantasía heroica mazmorrera clásica con la estructura de un manga de cocina. El problema en este tomo 5 es que la cosa ya se está desinflando, las disquisiciones gastronómicas son cada vez menos habituales, y el manga vuelve a tomar los carriles de un producto de fantasía sin más... Y en cierto punto, uno termina desconectando o pensando en los anteriores tomos, anhelando encontrar los pequeños detalles que le habían fascinado y le habían hecho seguir la lectura. Un bache en el camino, espero.

· Rumble 1, de John Arcudi y James Harren (Astiberri). En los últimos años parece que el gato al agua de la originalidad en el cómic mainstream americano se lo está llevando Image. Este título en concreto estuve a punto de comprarlo, como muchos otros, cuando salió en inglés, pero afortunadamente Astiberri lo publica ahora en español, sea porque también le ha echado el ojo a varios de esos títulos Image (como otro que publica, Sex Criminals), sea porque en esta serie más adelante entra como dibujante David Rubín, que suele publicar con Astiberri todo lo que edita en castellano. ¿Qué ocurre en él? Un espantapájaros dios guerrero entra en un bar y mete de lleno una moderna ciudad estadounidense en un enfrentamiento que ya dura 10.000 años. El equipo de autores es bueno (recuerdo su trabajo en AIDP y me gustó), el problema aquí, para mí como lector, es que todo me patina, no consigo entrar en la historia pese a que está bien dibujada.

Cuando has leído un cómic (o visto los primeros capítulos de una serie), piensas y te das cuenta de que realmente no te interesa saber qué le ocurrirá al personaje, es que el cómic no ha cumplido su objetivo. Es algo muy subjetivo que me ha pasado con estos cinco títulos, pero así ha sido.

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