La violencia doméstica (mal llamada de género) es uno de los problemas más acuciantes de la sociedad actual, y aunque posiblemente sea un fenómeno tan antiguo como la santa institución del matrimonio, es ahora cuando hemos tomado conciencia de esta verdadera lacra social, por lo que nunca está de más tener mecanismos de reflexión sobre este fenómeno. En este sentido podemos leer el cómic ... con locura. Amor y malos tratos, de los autores galos Sylvain Ricard y James (Como un lunes), una historia en la que se aborda esta realidad, un tema que ha sido muy poco tratado en el cómic. La perspectiva dual de la pareja hará que nos metamos en la piel de ambos protagonistas, maltratador y víctima, y que sintamos su manera de pensar de una forma cercana y real. Sentados en un banco, explican todo el proceso como si el lector fuera el psicólogo o el consejero matrimonial. Es significativo que, aunque comparten espacio, cada uno habla libremente como si el otro no estuviera presente: una manera más de representar la incomunicación que hay entre ellos.
El relato reflexiona sobre el germen de esa violencia, las actitudes que ante ella toma cada miembro de la pareja, las respuestas que se le dan, las sucesivas impresiones que pasan por la cabeza a la mujer víctima de maltrato. También se hacen presentes personajes secundarios que encarnan las diferentes posturas que ante este fenómeno puede tener el círculo de conocidos de la afectada: en este caso, la amiga constituye una especie de débil punto de apoyo que no llega a implicarse o sentir empatía, mientras que la madre encarna una idea conservadora de matrimonio indisoluble y del qué dirán.
Finalmente, como no podía ser de otra forma, el cómic tiene un final agridulce, demostrando que ante estas actitudes no se pueden tener medias tintas. Una situación de este tipo a la que no se pone fin es susceptible de volver a empezar... En resumen, el tema está tratado con seriedad y realismo, y constituye un buen material para trabajar el tema de la violencia doméstica y reflexionar sobre él.
Finalmente, como no podía ser de otra forma, el cómic tiene un final agridulce, demostrando que ante estas actitudes no se pueden tener medias tintas. Una situación de este tipo a la que no se pone fin es susceptible de volver a empezar... En resumen, el tema está tratado con seriedad y realismo, y constituye un buen material para trabajar el tema de la violencia doméstica y reflexionar sobre él.
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