Fernando, un psicólogo que años atrás había tratado a una joven con ciertos problemas en el entorno familiar, vuelve a encontrarse con ella cuando ésta es descubierta en coma en un sótano. La chica no responde a estímulos pero no está muerta. Al mismo tiempo, la policía investiga una serie de raros asesinatos donde las víctimas habían sido desangradas. El equipo investigador, al principio escéptico, acaba recibiendo la ayuda de una periodista que se infiltró en un grupo de jóvenes góticos que parecen haber tomado el modus operandi de los vampiros. La pareja de policías pronto se dará cuenta de que ambos casos están relacionados...
Rafa Fonteriz nos presenta con El lado salvaje un thriller vampírico lleno de acción y erotismo, como viene siendo habitual en el estilo del autor, con un dibujo muy elegante y sensual. Fonteriz es un dibujante de la vieja escuela, de corte clásico. Desde sus primeras obras a mediado de los 90 (colaboraciones en El Víbora, Kiss; una de las naves insignia de aquella línea Laberinto de autores españoles de Planeta, con obras como Ibera Inc), ha sabido evolucionar y dotar de más garra su dibujo. Ahora, un Fonteriz en pleno apogeo es el que entrega estas páginas. Por lo que respecta al guión, aun no siendo muy original, se trata de una historia que encajaría perfectamente dentro de los guiones de las mejores series norteamiericanas.
Diábolo secundó la idea del autor de editar en formato apaisado una obra que en principio parece que tenía un formato de álbum clásico. El resultado es llamativo, aunque yo personalmente habría optado por un formato más tradicional.
Rafa Fonteriz nos presenta con El lado salvaje un thriller vampírico lleno de acción y erotismo, como viene siendo habitual en el estilo del autor, con un dibujo muy elegante y sensual. Fonteriz es un dibujante de la vieja escuela, de corte clásico. Desde sus primeras obras a mediado de los 90 (colaboraciones en El Víbora, Kiss; una de las naves insignia de aquella línea Laberinto de autores españoles de Planeta, con obras como Ibera Inc), ha sabido evolucionar y dotar de más garra su dibujo. Ahora, un Fonteriz en pleno apogeo es el que entrega estas páginas. Por lo que respecta al guión, aun no siendo muy original, se trata de una historia que encajaría perfectamente dentro de los guiones de las mejores series norteamiericanas.
Diábolo secundó la idea del autor de editar en formato apaisado una obra que en principio parece que tenía un formato de álbum clásico. El resultado es llamativo, aunque yo personalmente habría optado por un formato más tradicional.
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