Ni tan siquiera el manga ha resistido la tentación de tratar temas tan en principio alejados como ésta: una biografía de una de las personalidades más atroces del siglo XX. Fue a mediados de los años 70 cuando un Shigeru Mizuki veinteañero fascinado por la personalidad del dictador alemán creó Hitler, el manga que Glénat ha publicado hace unos meses en nuestro país y al que supongo que por mero oportunismo se le ha puesto en portada un totalmente innecesario "la novela gráfica". Se trata de una biografía bastante rigurosa del dictador alemán, que narra desde sus inicios como estudiante de arte, combatiente en la I Guerra Mundial, pasando por las numerosas vicisitudes de su vida que hubieran podido cambiar el destino de la historia, hasta los últimos días de su vida, atrapado como un animal en su búnker en Berlín. Casi trescientas páginas donde se intenta recrear la figura del monstruo, que en ocasiones se revela humano, demasiado humano. El manga se focaliza pues en la imagen del dictador, y es muy entretenida al explicar los tejemanejes bélicos de las potencias implicadas en la guerra. Poco a poco, asistimos a una amena clase de historia en la que podemos entender los pequeños factores que llevan inexorablemente a la IIGM: el sentimiento de humillación tras acabar la Gran Guerra, la crisis de los años 30, el ascenso -democrático, ojo- del partido nacionalsocialista, la expansión del Reich y finalmente la guerra en toda Europa. Quizá el estilo gráfico de Shigeru no sea el mejor (Hitler, Goebbels o Himmler están bien retratados, pero Franco no se parece en nada al real), pero el retrato que hace de Hitler es válido y muy lúcido.
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