Una de las corrientes más seguidas por los autores del panorama independiente americano es el del slice of life, un género aquí podríamos llamar costumbrismo, y que lo único que persigue es narrar algunas anécdotas intrascendentes de la vida cotidiana. El peligro del slice of life es que puede caer fácilmente en la vacuidad y en la misma instrascendencia en que se basa: cuando este género brilla por sí mismo es cuando, por medio de esas experiencias usuales, logramos conectar con el lector, llevar la anécdota más allá. De no ser así, la obra se queda en una historia ombliguista y ridícula. En este contexto se enmarcan las dos obras que comentamos aquí. Big Plans, de Aron Nels Steinke (Pinball Publishing, 2007) es un ejemplo de ello. Dos anécdotas, una limpieza primaveral -con quema de cómics incluida- y la historia de una psicósis originada por el miedo al terrorismo, son el material principal de este primer número. Estilo naïf y minimalista, y edición indie para un cómic que es básicamente humo. Lo mismo para Feeble Attempts, de Jeffrey Brown (Top Shelf, 2007), recopilación de historias cortas desordenadas, que van desde la más pura improvisación, pasando por la parodia a los superhéroes, hasta los inevitables relatos autobiográficos. Una vez más, proliferación de viñetas en cada página, estilo deliberadamente descuidado, y tramas que en la mayoría de las ocasiones dejan al lector frío.
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