Leif Tande es un autor noruego absolutamente desconocido para mí, pero que salta a la palestra con una obra sorprendente: Morlac, editada en nuestro país por Diábolo Ediciones. La propuesta de Tande pretende explorar los límites de la narrativa del cómic y demuestra que es posible, como en muy pocos medios más, desarrollar diferentes líneas narrativas al mismo tiempo. Para ello, el autor se vale de la viñeta como elemento vehicular: la lectura, pero, no es tradicional, sino que el orden que ha de seguir el lector pasa por leer sólo la misma viñeta de cada página. Planteada así, la historia pude llegar a tener hasta 12 direcciones simultáneas, tantas como viñetas puede llegar a tener la página. Y, de esta manera, dependiendo de la decisión que tome el protagonista de la historia (y en consecuencia, el lector), la lectura se desplaza de viñeta para contar una u otra historia. Las líneas se van abriendo y cerrando, superponiéndose e interactuando entre ellas, durante las 145 páginas en que se desarrolla la historia.
Morlac es un excelente trabajo que sorprenderá al común de los lectores por lo novedoso de su planteamiento, aunque en un principio sea algo difícil de entender. Es más: su peculiar estructura circular borgiana sería absolutamente brillante si se pudiera editar en forma de libro de arena. Lamentablemente no es posible, pero ello no desmerece en absoluto la concepción de esta historia, que supera las dimensiones físicas del formato que lo contiene: estamos hablando de una especia de narrativa poliédrica. Lo más cercano a este tipo de discurso es el hipertexto, un formato que sería el definitivo para esta obra.
Estamos, pues, ante una obra innovadora y curiosa. Vale la pena echarle una lectura.
Morlac es un excelente trabajo que sorprenderá al común de los lectores por lo novedoso de su planteamiento, aunque en un principio sea algo difícil de entender. Es más: su peculiar estructura circular borgiana sería absolutamente brillante si se pudiera editar en forma de libro de arena. Lamentablemente no es posible, pero ello no desmerece en absoluto la concepción de esta historia, que supera las dimensiones físicas del formato que lo contiene: estamos hablando de una especia de narrativa poliédrica. Lo más cercano a este tipo de discurso es el hipertexto, un formato que sería el definitivo para esta obra.
Estamos, pues, ante una obra innovadora y curiosa. Vale la pena echarle una lectura.
3 comentarios:
Pero... entonces cómo es la lectura? Vas leyendo únicamente las viñetas de cada página q se encuentran en una posición determinada? Y cuando llegas al final, se acabó la mini-historia esa o sigues a la siguiente viñeta de la primera página? Y pq en algunas páginas le faltan viñetas?
Es q no he acabado de entenderlo...
Y digo yo, te explica a modo de introducción la forma de seguir la narración? Pq si no sabes de q va el tema parece algo follón, no? :p jejejeje
Es q me ha recordado un poco a "Las aventuras de Luther Arkwright" de Brian Talbot del cual acabé disfrutando, pero q al acabar el primer tomo por ejemplo no llegué a enterarme de nada :p
Los cambios de narración se podían dar en páginas diferentes, o cada tres viñetas, o en cada viñeta o así como prefiriera, sin aviso ni explicación y me formé un cacao entre las diferentes corrientes temporales, dimensiones, lugares, personajes y encima de si estaba hablando de ese personaje de tal corriente temporal pero si era un flashback del pasado o era el presente... q pa q :p jejejeje
Fue una lectura dura pero muy gratificante. supongo q debe pasar algo parecido con esta.
Un saludote
Es que ésta es también bastante difícil, al menos para entrar en ella. Básicamente la forma de leerlo es como dices, pero puede pasar que por ejemplo el personaje se encuentra una bifurcación y entonces puedes elegir el rumbo de la historia cambiando de viñeta. En algunas páginas faltan viñetas porque algunas líneas de la historia pueden acabar antes del final del cómic (que se despeñe el personaje o algo así, por ejemplo).
Aaahhmmm, ok!!
Publicar un comentario