TdV 89: El oso y el cómic
El fin de semana del 10 al 13 de diciembre se celebró en Madrid el XII Expocómic, ubicado en el recinto ferial de la Casa de Campo. Como cada año, la expectación por el evento, el mayor de estas características en la capital, era grande. Para empezar, la nómina de autores era sabrosa: Lewis Trondheim, Tim Sale, Carlos Pacheco, Alfonso Azpiri, Bernardo Vergara, Carlos Giménez, Ximo Abadía, José Luis Ágreda, Purita Campos, Carlos Ezquerra o Juan Giménez, son sólo algunos de los autores que habían confirmado su asistencia.
Pero, con todo, organizadores y editoriales no las veían todas consigo: la crisis ya hizo mella en el salón del año pasado y en el de Barcelona de este mismo 2009, y la situación no invitaba a pensar lo contrario para esta ocasión.
Bernardo Vergara y Mauro Entrialgo, firmando en el estand de Diábolo.
Expocómic abrió sus puertas el jueves 10. Tanto ese día como el viernes fueron días de poca afluencia; de hecho, la organización debería plantearse si no es mejor limitar la duración del evento al fin de semana, porque quizá no compensa. Eso sí, el sábado el público fue tan numeroso que la organización se planteó de seriamente no dejar entrar a nadie más, por los problemas de seguridad que ello podría acarrear. Así, con lleno completo y un calor asfixiante se podían conseguir firmas de autores como Medusa Thedollmaker, Bartolo Torres o Luis Royo, o visitar las exposiciones dedicadas a 11-M, la novela gráfica, o El silencio de Malka. También hubo tiempo para la presentación del videojuego Darksiders, creado por Joe Madureira (X-Men, Battle Chasers), y cuya historia se desarrolla en un mundo postapocalíptico devastado por fuerzas que han desatado prematuramente el fin de los tiempos.
Ricardo Esteban y las chicas del estand de Dibbuks.
El sábado también se entregaron los premios Expocómic, que resultaron como sigue. Mejor Obra Nacional y Mejor Guionista Nacional: El juego de la luna (de Bonet y Munuera); Mejor Dibujante Nacional para Rafa Sandoval y Roger Bonet (El increíble Hércules: Invasión sagrada; Panini); Mejor Obra Internacional: Los muertos vivientes: Creados para sufrir (Kirkman y Adlard; Planeta); Mejor Autor Revelación para Salva Espín (Lobezno Primera Clase).
Lleno completo el sábado, especialmente por la tarde.
El domingo el flujo de visitantes se calmó y de nuevo se podía pasear aquí y allá ojeando los puestos dedicados al cómic clásico, al merchadising, incluso a la comida japonesa. Y es que el domingo es el “día manga” de Expocómic: en esa última jornada se celebran concursos de disfraces y muchos de los asistentes vienen ataviados con los trajes de sus héroes favoritos.
Finalmente, el balance del Expocómic de este año resultó positivo: a pesar de la crisis, los visitantes aumentaron un 15% respecto al año pasado. Cada edición acude más público a un evento al que se le ha quedado pequeño su recinto y que, afortunadamente, va a trasladarse de ubicación para el año que viene.
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