· Peculia, de Richard Sala (Recerca). No está bien hacer caer al lector en trampas psicológicas. A pesar de que el autor tenga un estética oscura y bonita (en una línea naïf y de "cute horror" que empieza a ponerse de moda), a pesar de que entre sus influencias se señalen a Edward Gorey y Charles Addams, su "Evil Eye" (nombre con el aparece esta obra por primera vez) es un cómic que hace aguas, en especial por sus argumentos insustanciales -quizá se salven historias como "Ambrosia" o "Merodeador nocturno". Tengo la sensación de que es una obra con un gran potencial echado a perder.
· Spiderman: Blue, de Jeph Loeb y Tim Sale (Planeta). Tras la revisión del Hombre sin Miedo en Daredevil: Yellow, la Loeb & Sale pareja artística dio a luz esta serie, que constituye una relectura de la relación entre Peter Parker y Gwen Stacy antes de que ésta muriera a manos del Duende Verde. Estéticamente planteada como un homenaje a Ditko y Romita Sr., los autores nos ofrecen una historia que no pasa de ser la enémisa revisión del pasado de Spiderman, eso sí, con un toque más emotivo y humano, pero que no va más de una obra correcta.
· El fotógrafo 1, de Lefèvre, Guibert y Lemercier (Glénat). Los que piensen que el género documental no tiene cabida en el cómic se equivocan. A medio camino entre el reportaje fotográfico y el puro documental, los autores nos acercan a la realidad de las misiones humanitarias de Médicos Sin Fronteras en el Afganistán pre-11 S, aquel país en el que los "malos" eran los rusos" y los "buenos", los rebeldes muyahidines. Las fotografías de Lefèvre son un magnífico testimonio gráfico del viaje, no así el resto de viñetas, que, con su aspecto -buscado- de aridez (colores planos, mal acabado, dibujo sobre fotografía) dan una sensación equivocada de dejadez. Una propuesta interesante que da cuenta de lo versátil que es este medio.
· Spiderman: Blue, de Jeph Loeb y Tim Sale (Planeta). Tras la revisión del Hombre sin Miedo en Daredevil: Yellow, la Loeb & Sale pareja artística dio a luz esta serie, que constituye una relectura de la relación entre Peter Parker y Gwen Stacy antes de que ésta muriera a manos del Duende Verde. Estéticamente planteada como un homenaje a Ditko y Romita Sr., los autores nos ofrecen una historia que no pasa de ser la enémisa revisión del pasado de Spiderman, eso sí, con un toque más emotivo y humano, pero que no va más de una obra correcta.
· El fotógrafo 1, de Lefèvre, Guibert y Lemercier (Glénat). Los que piensen que el género documental no tiene cabida en el cómic se equivocan. A medio camino entre el reportaje fotográfico y el puro documental, los autores nos acercan a la realidad de las misiones humanitarias de Médicos Sin Fronteras en el Afganistán pre-11 S, aquel país en el que los "malos" eran los rusos" y los "buenos", los rebeldes muyahidines. Las fotografías de Lefèvre son un magnífico testimonio gráfico del viaje, no así el resto de viñetas, que, con su aspecto -buscado- de aridez (colores planos, mal acabado, dibujo sobre fotografía) dan una sensación equivocada de dejadez. Una propuesta interesante que da cuenta de lo versátil que es este medio.
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